A pesar de que el Bloque Justicialista de la Cámara de Diputados fue el más productivo en la legislatura: dos de sus miembros no presentaron un solo proyecto de ley. Son Javier Paz de Anta y el sindicalista y empresario, Eduardo Abel Ramos.
Finalmente cerró ayer el año legislativo de la Cámara de diputados y conviene hacer un breve repaso del periodo y la productividad que tuvieron los diputados de la cámara baja de Salta. El ejercicio es factible por las posibilidades que brinda la web de la Cámara de Diputados en donde cualquier curioso puede acceder a los proyectos de ley, de resolución, pedidos de informe y proyectos de Declaración de cada uno de los 60 legisladores ingresaron al cuerpo entre el 5 de abril y el 6 de diciembre pasado.
Vamos a detenernos aquí sólo en los proyectos de ley por tratarse de iniciativas que no necesariamente serán objetos de los debates en el recinto cada martes, pero sí pincelan el trabajo de cada diputado con esas iniciativas que requieren de mayor esfuerzo intelectual, rigor técnico y habilidad política para que los mismos puedan llegar a ser debatidos y eventualmente aprobados.
Y en ese marco, los diputados ingresaron un total de 219 proyectos de ley: 80 en el primer semestre que fue desde el 5 de abril al 28 de junio; y 139 en el segundo semestre que fue desde el 19 de julio al 6 de diciembre pasado.
Si una balancea dividiendo el año en dos, descubre que en el primer semestre fueron 16 los legisladores que no redactaron un solo proyecto de ley: 6 del bloque del PJ (Margarita Ramírez, Héctor Nievas, Javier Paz, Segundo Soria, Enrique Domínguez y Eduardo Abel Ramos); los 5 del PO (Claudio del Pla, Arturo Borelli, Norma Colpari, Gabriela Jorge y Julio Quintana); 3 del bloque Salta Nos Une (Mario Avalos, Betty Gil y Luis Cisneros), 1 del Frente para la Victoria (Tomás Rodríguez) y otro del PRS (Benito Campos).
De todos ellos, el caso más curioso fue el de la representante de Orán, Margarita Ramírez, quien no sólo carecía de proyecto de ley propio, sino también de proyectos de Resolución -que dependen para su aprobación de la sola voluntad de la Cámara-, pedidos de informes e incluso de los llamados proyectos de Declaración que en tanto simple expresión de deseo explicitado por escrito, es el mecanismo al que más recurren quienes desean disimular la poca gestión parlamentaria.
El análisis del segundo semestre muestra que muchos reaccionaron a tiempo. Lo confirma el relevamiento de los Asuntos Entrados entre el 19 de julio y el 6 de diciembre, aunque dos de 16 improductivos del primer semestre mantuvieron la condición al cierre del año.
Los que sí mantuvieron su condición de improductivos fueron los justicialistas Javier Paz de Anta y el representante de la Capital provincial, Eduardo Abel Ramos quien ha vuelto a ser noticia por un hecho de violencia en la última semana, aunque en lo que a productividad parlamentaria se refiere no por convertirse junto a Paz en los dos únicos legisladores sin proyecto de ley alguno aun cuando para hacerlo gozan de un título pomposo, perciben un sueldo abundante, gozan de beneficios que millones envidiarían y un horario que es elástico como ninguno.