En el NOA y NEA se desforestaron más de 60 mil hectáreas en 2016. Los mayores desmontes se encuentran en Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Salta, según un informe de la ONU.

Según publicó Clarín, el 90% de la deforestación de 60.188 hectáreas se produjo en las provincias del Norte Grande como Salta, Santiago del Estero, Formosa y Chaco y según la misma nota “De algún modo, la propia Ley de Bosques fue “deforestada”: luego de su sanción en 2007 y tardía reglamentación en 2009, las provincias, que estaban obligadas a zonificar sus territorios para definir su nivel de conservación de bosques con una graduación de “muy alto” (“área roja”), “medio” (“área amarilla”) y “bajo” (“área verde”), se demoraron en hacerlo”.

En ese lapso, sin la aplicación de la ley, se produjo el mayor impacto sobre el bosque, en coincidencia con el mejor momento de los commodities en el mercado internacional: un total de 2 millones de hectáreas deforestadas, de las cuales en 1 de cada 3 se avanzó sobre el “área roja” del bosque, que estaba obligado a conservarse

Las consecuencias de la desforestación son conocidas. En términos sociales, expulsa a las comunidades hacia los cordones urbanos de los pueblos, y el mercado de trabajo, que es limitado, no los puede incorporar. Además, la tala del bosque altera el ecosistema, provoca la pérdida de biodiversidad y de la absorción de carbono, que alimentan el gas invernadero, propulsor del calentamiento global. La deforestación aporta el 18% de las emisiones totales del cambio climático en la Argentina.

“Para que recupere su condición original, quizá 20 años. Salta, Santiago del Estero, Formosa y Chaco son las provincias que tienen la mayor tasa de deforestación y también las de mayor índice de pobreza rural. Por lo cual, todo lo que se hizo no sirvió para revertir esos indicadores. Con el programa de “bosques y comunidad”, tenemos que generar modelos productivos que sean sustentables en lo ambiental, social y económico”, precisa el artículo.