Con 90 años de talento y dignidad, llegó a Salta Osvaldo Bayer. La acogida del público contrastó con el silencio de las autoridades provinciales que, a diferencia de lo que hace con visitantes ilustres o mediocres, ahora no destacó la visita con un poncho a quien sugiriera desmonumentar genocidas. (Gonzalo Teruel)
Pese al inmenso dolor de haber perdido un par de días antes a su hermano, no quiso fallarle a los salteños que lo esperaban para ver la puesta en escena de uno de sus tantos textos.
El viejo libertario se subió a las tablas y participó de “Las putas de San Julián” una versión libre -no podía ser de otra manera- de uno de los capítulos de “La Patagonia rebelde”. El Salón Auditorium del viejo edificio del Ministerio de Bienestar Social se llenó para las dos funciones del sábado a la noche. La buena acogida del público contrastó con el casi absoluto olvido de la prensa y el cruel silencio de las autoridades provinciales. Ni siquiera un funcionario de tercera línea del Ministerio de Cultura se acercó a saludar al viejo sabio. El dato no es menor si se contrasta con la lógica de aprovechamiento político hacia los ilustres visitantes que llegan a estas tierras.
Un simple repaso por la página web del gobierno provincial muestra a Juan Manuel Urtubey recibiendo con amplia sonrisa a cuanta figura política, diplomática, artística o deportiva llega a Salta. El lunes, por ejemplo, el gobernador se mostró junto al golfista Eduardo “Gato” Romero y le “obsequió al deportista un poncho a modo de bienvenida” según informó la oficina de prensa del gobierno.
Algunos meses antes, Urtubey también encabezó la recepción de las delegaciones de River Plate y Boca Juniors que también recibieron sus ponchos. El aprovechamiento de los ídolos deportivos son una constante en la gestión provincial, entre muchos otros también fueron recibidos y reconocidos oficialmente los técnicos y jugadores de Los Pumas, Guillermo Vilas, y hasta el mediocre boxeador Fabio “La Mole” Moli.
Varios artistas de renombre internacional también fueron utilizados para edulcorar la figura del joven gobernador: Charly García y Fito Paez y los españoles Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat debieron soportar los flashes oficiales en su paso por Salta. Un caso paradigmático de ese afán por mostrarse con celebridades fue el de Shakira: la estrella pop no quiso pasar por Finca Las Costas y entonces, presuroso, Urtubey corrió a buscarla. “El gobernador presenció esta tarde el ensayo de sonido que realizó la cantante Shakira, en el estadio Padre Ernesto Martearena. En la oportunidad, el mandatario saludó a la cantante colombiana y le obsequió un poncho salteño, explicando los detalles de la prenda autóctona y el significado de sus colores. El gobernador Urtubey estuvo acompañado por el ministro de Finanzas y Obras Públicas, Carlos Parodi”, informó, textual, la prensa oficial.
Entre tanto showman, el mandatario tuvo tiempo para reunirse con un escritor. Hace unos años almorzó en Las Costas con Mario Vargas Llosa y sus asesores de prensa se encargaron de difundir la noticia en los medios nacionales. Entonces, el peruano llegó con el Premio Nobel y sus ideas de derecha y recibió los homenajes correspondientes. Osvaldo Bayer, en cambio, solo trajo su permanente coherencia libertaria y de defensa de los pueblos originarios. Poco para que Urtubey interrumpa su fin de semana y lo atienda.
“Hay que luchar por desmonumentar a los genocidas”, dijo el viejo escritor refiriéndose a la figura de Julio Argentino Roca. En Salta eso es un problema, después de Roca habría que seguir por muchos otros generales y estancieros que hoy tienen a sus herederos en el gobierno provincial.