Porque robar dinero o electrónicos ya es muy mainstream, en Orán decidieron innovar en el mundo del delito: ahora los ladrones también se llevan vacunas. En la madrugada del martes, el Centro de Salud del Barrio Güemes sufrió un insólito saqueo en el que los delincuentes no solo se llevaron un monitor, un teclado, un mouse y una radio, sino que también hicieron acopio de más de 120 dosis de vacunas. Sí, porque nunca se sabe cuándo puede surgir la necesidad de inmunizarse en el mercado negro.

El gerente del Hospital San Vicente de Paul, Fabián Valenzuela, aún intenta descifrar el misterio detrás del hurto de estas dosis, dado que sin la cadena de frío pierden toda utilidad. “No entiendo la finalidad”, expresó con una mezcla de indignación y desconcierto, lo cual es totalmente comprensible. ¿Será que los ladrones planean abrir una clínica clandestina? ¿O simplemente querían darse el gusto de hacer un robo con un toque de salud pública?

Para mayor claridad, el hospital difundió un detallado listado de las vacunas robadas, que incluye desde dosis contra el rotavirus hasta la triple viral. Pero antes de que alguien piense en organizar un vacunatorio alternativo en la esquina de su casa, el centro de salud aclaró que las vacunas YA NO SIRVEN, así que si alguien intenta venderles una dosis en el mercado negro, mejor pasen de largo.

Por lo pronto, la comunidad ha sido alertada y se solicita colaboración para recuperar los materiales sustraídos. Eso sí, si los ladrones esperaban hacer fortuna con las vacunas, quizá deberían replantear su carrera delictiva.