Luego de conocerse la sentencia a 20 años de prisión contra el exmarido de Gisele Pelicot acusado de drogarla durante 10 años y ofrecerla para que otros hombres la violen, la imagen de la mujer da la vuelta al mundo como ícono de valentía y mensaje potente de feminismo.
Andrea Sztychmasjter
Al término de un proceso que conmovió al mundo, la Corte Criminal de Aviñón Francia declaró culpables este jueves a los 51 acusados del proceso de violaciones de Mazan, pronunciando penas que van de tres a 20 años de prisión. Esa pena máxima recayó sobre Dominique Pelicot, el hombre responsable de drogar durante diez años a su esposa, ofreciéndola en internet para que otros hombres la violen.
En un momento político critico en Argentina de lo implica el feminismo, con retrocesos importantes en materia de agenda pública de derechos de mujeres y diversidades, el caso de Gisele viene a profundizar la potencia de los feminismos y de sus mensajes para las mujeres de todo el mundo y de todas las edades.
“Señor Pelicot, usted es culpable de violaciones agravadas en la persona de Gisele Pelicot”, declaró el presidente de la corte, Roger Arata, dirigiéndose a quien, después de 50 años de vida común, transformó a la madre de sus hijos en objeto sexual durante una década, exponiéndola a un centenar de desconocidos.
Como lo hizo durante los tres meses que duró el juicio, Dominique Pelicot, de 72 años, escuchó de pie atentamente, aunque sin expresar ningún tipo de emoción, el veredicto que lo condena prácticamente a la reclusión perpetua.
Visiblemente afectada por estos tres meses de proceso, Gisele Pelicot hizo una última declaración antes de abandonar el tribunal.
“Fue por mis tres hijos y mis nietos, porque ellos son el futuro, que me lancé en este combate. Hoy pienso también en todas esas familias golpeadas por este drama y en las víctimas no reconocidas, cuyas historias permanecen en la sombra. Todos compartimos la misma lucha”, declaró. Sus palabras fueron acompañadas por una impresionante aclamación.
Gisele, en la tapa de Vogue
Gisèle Pelicot, en rojo sobre fondo con pinceladas en brillante carmesí, mira de frente desde la portada digital de la última edición alemana de “Vogue”. La ilustración, creada por la artista sueca Cecilia Lundgren, lleva una leyenda en mayúsculas que dice: “NO MÁS VERGÜENZA”.
Se publicó el lunes 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Adentro, la nota se titula “Gisèle Pelicot: Por qué su comparecencia pública durante el proceso es tan importante para todas las mujeres”.
En el artículo que acompaña la portada, la escritora Livia Sarai Lergenmüller elogia la valentía de Pelicot al optar por hacer pública su batalla judicial en lugar de mantener el anonimato, como suele ser el caso en este tipo de procesos.
“Su aparición durante el juicio es crucial para todas las mujeres”, escribe Lergenmüller. “Gisèle no quiere pelear su batalla en privado, sino que la expone al público, a la prensa, a otras mujeres. Transforma su martirio en un momento histórico y dedica su lucha a ‘todas las mujeres y hombres en el mundo que han sido víctimas de violencia sexual’”.
La defensa: Dominique Pelicot era un “buen padre y abuelo”, alega su abogada
La abogada de Dominique Pelicot, el hombre juzgado alegó que su cliente también era “buen padre y buen abuelo”. Durante una hora, Béatrice Zavarro trató de explicar por qué su cliente se convirtió en el “jefe de orquesta” de los abusos a su ahora ex esposa Gisele.
A lo largo de su intervención frente al tribunal penal, Zavarro destacó la parte humana del “otro Dominique” ante la corte, a la que pidió que se alejara “un poco de la petición más fuerte de la acusación”.
La abogada Zavarro recordó los traumas que Dominique Pelicot sufrió durante su infancia, antes de caer en la “perversidad” que lo llevó a drogar, violar y hacer violar a su mujer en su domicilio en el sur de Francia. “No se nace pervertido, se llega a serlo”, sostuvo, repitiendo una tergiversada frase de la feminista francesa Simone de Beauvouir, “No se nace mujer, se llega a serlo”.
“Este otro Dominique está dotado de cierta perversidad, pero antes de eso hay un hombre”, añadió, antes de recordar “el clima familiar nocivo” en el que creció, con un padre “autoritario, tiránico”.
La abogada también citó las dos agresiones sexuales que Dominique Pelicot dice haber sufrido en su juventud: cuando un enfermero lo violó durante una hospitalización cuando era niño y cuando él fue forzado a participar en la violación de una joven.
Un psiquiatra designado por el tribunal, Laurent Layet, testificó que los acusados no eran ni “monstruos” ni “hombres corrientes”. Algunos lloraron. Unos pocos confesaron.
Hay muy pocos patrones claros o características compartidas entre los 51 hombres juzgados. Representan un amplio espectro de la sociedad: tres cuartas partes tienen hijos, señala una nota periodística de Andrew Harding.
La mitad están casados o tienen una relación. Un poco más de la cuarta parte de ellos dijeron que habían sido abusados o violados cuando eran niños.
No hay una agrupación discernible por edad, trabajo o clase social. Los dos rasgos que todos ellos comparten son que son hombres y que establecieron contacto en un foro de chat ilegal en línea llamado Coco, conocido por atender a swingers, así como por atraer a pedófilos y traficantes de drogas.
Investigación
En 2020, la policía empezó a investigar a Pelicot después de que tres mujeres lo denunciaran por intentar filmarlas debajo de la falda en un supermercado. Durante la investigación, encontraron muchos miles de fotografías y videos de violaciones y abusos sexuales en su computadora y otros dispositivos electrónicos.
Muchos de los videos y fotos mostraban a Gisèle Pelicot inconsciente, siendo penetrada sexualmente por decenas de hombres. Un par de fotos mostraban a su hija Caroline durmiendo. Ella dijo que no tenía la lencería que aparecía en las fotos y que nunca dormía en esa posición. La nuera y la exnuera de la pareja también aparecieron en un puñado de fotos tomadas sin su conocimiento mientras se desnudaban en el cuarto de baño. Las tres mujeres también son demandantes en el juicio.
La policía acusó a Pelicot en noviembre de 2020 y pasó casi dos años identificando e inculpando a los demás hombres que, según afirman, participaron en las violaciones.