El diario Perfil, y otros medios digitales de repercusión nacional, publicaron esta semana notas con la que levantaron sospechas de doble juego de intereses por parte de Flavia Royón, la ex Secretaría de Energía del gobierno de Alberto Fernández, que duró instantes en la era Milei en el área de minería.
Proviene de las filas del romerato y es también operadora del clan bancario Brito que en el área tiene un brazo empresarial con Genneia, la empresa con mayor desarrollo de proyectos de energías renovables.
La blonda ex funcionaria parece caminar por la vereda de las incompatibilidades desde hace bastante tiempo, cuando a la par de Sergio Massa ayudó a los grupos económicos más poderosos del sector energético antes de la llegada de la motosierra libertaria.
Hábil para el manejo de las relaciones empresariales y para circular por los despachos públicos, prometió y obtuvo apoyo estatal como soporte de inversiones de alto rango del sector privado. Como el dios romano Jano, la doble cara de Royón parecería permitirle ver al mismo tiempo el interés de todos, y cobrar del bolsillo todos.
Sin mayor experiencia en energía ni minería, ya que antes había trabajado en otro rubro en el frigorífico Bermejo, desde 2022 ocupó la estratégica Secretaría de Minería y Energía provincial y luego escaló hacia la Secretaría de Energía de la Nación al año siguiente. En todos lados ha cosechado lealtades. Según comentan en los pasillos de la oficina provincial que Romina Sassarini sigue hasta hoy obedeciendo las órdenes de Royón y se niega a tener trato alguno con el Ministro Martín de los Ríos que es su jefe.
La información que circula apeló a la nueva ARCA (ex AFIP) para asegurar que Royón tendría dos sueldos en el gobierno de Salta -uno de ellos dependiente de la siempre obscura caja del senado provincial- y además representaría intereses de empresas privadas. Esta es una etapa superior al lobby puesto que, además de cabildear en dependencias estatales las propuestas de inversión de empresas que manejan cifras millonarias en dólares, cobraría doble sueldo. Ella lo niega pero no quiere presentar alguna prueba que la desvincule de la sospecha.
Royón está en el centro de las críticas de organizaciones sociales que critican los altos impactos ambientales de la actividad minera extractivista que promueve tanto desde la Mesa del Litio que coordina con los gobernadores de Salta, Jujuy y Catamarca, como desde las inversoras que asesora con su consultora Minenco.
Según el diario Norte de San Nicolás, Royón integra el directorio de Zelandez, una empresa de tecnología extractiva, y desde Minenco ha intervenido a favor de los intereses de la angloaustraliana Rio Tinto, Glencore y First Quantum. Cada foto que ha circulado en las redes y medios podría constituir base suficiente para investigarla por incompatiblidad con el sueldo que cobra con dinero de los salteños.
En julio de este año trató de vincular a la empresa Central Puerto con el gobierno de Salta operando la provisión de energía para los mineros en la Puna. Según informó El Cronista, esta generadora ofrece a los productores de litio una inversión de entre USD250 y 350 millones según la traza que tenga la línea de alta tensión. También quiere invertir 20 millones de dólares en una planta solar en el pueblo de San Carlos. El grupo de Guillermo Reca, Carlos Miguens y Eduardo Escasany aterrizó en Salta arrimándose al proyecto Diablillos de la empresa canadiense AbraSilver Resource Corp con una inversión de 1.000 millones de dólares.
Perfil se pregunta cuál es el lado del mostrador en que se sienta Royón cuando se negocian intereses sensibles a los salteños.
Pero el doble juego no parece terminar en los intereses empresariales de alto nivel. Royón estaría dispuesta a jugar políticamente en una candidatura con vistas a la elección de 2025. Mientras la consideran con alta estima en el Centro Cívico Grand Bourg para una diputación provincial, ella estaría negociando postularse para diputada nacional de la mano del Senador Nacional Juan Romero que busca ser reelecto. De concretar este proyecto tendrá que asestar la puñalada en la espalda de Gustavo Sáenz.