El cambio de gobierno nacional aceleró algunas cosas que ya se venían dando en la provincia de Salta, una de ellas es la tentación a privatizar todo lo que sea privatizable, siempre y cuando sea rentable.

Francisco Freyre

Un fantasma ronda las calles de Salta, es el fantasma de las privatizaciones, que nunca dejó la provincia, sólo esperaba el gobierno correcto para volver a arremeter contra las empresas del Estado, empresas que dejan ganancias y/o detentan un monopolio.

Con la venida de Milei muchos empresaurios locales y foráneos se han animado a exigir que se privatice todo lo que está en poder del gobierno provincial. Pero antes de venderlas, el chiste es que sean empresas rentables, que no demanden inversión, solo lo mínimo para funcionar, algo a lo que los salteños ya estamos acostumbrados mirando el pésimo servicio que dan en agua, luz y gas.

No hace muchos meses el Estado Bobo invirtió lo necesario para reactivar los ramales que conectan a Salta con “el mundo”, sólo para darnos con la novedad que los C14, 15, 16 y 18 tienen por objeto el transporte para la importación y no tanto para la exportación.

Es el caso del Ramal C18, que después de más de años de inactividad, el tren de cargas que une Salta con los puertos de Rosario volvió a circular. Esta reactivación conecta las localidades de Pichanal con Joaquín V. González y es parte del corredor cerealero del NOA. Una iniciativa que a priori parece ser beneficiosa, pero brinda un costo de transporte más bajo para “el agro”, que poco valor agrega a su producto y al mismo tiempo aporta muy pocos y bajos salarios.

Por otra parte está el pedido cada vez más serio de privatizar el Belgrano Cargas, que ya se ha anunciado vía fuentes oficiales de la provincia y de la empresa de trenes Belgrano Cargas, que tiene capacidad para transportar más de 935 mil toneladas. Varias empresas nacionales e internacionales han mostrado interés en la red ferroviaria, siendo estas últimas las más próximas a hacerse cargo. O no sería extraño que una empresa “nacional” con capital asiatico tome el control del B. C. y maximice los beneficios del sector minero.

El plan de reactivación de trenes es la variable con la que el gobierno provincial está avanzando para que los trenes urbanos y de carga faciliten la logística desde y hacia Salta. Esto incluye el despeje y reparación de vías, así como la renovación de estaciones y la instalación de barreras en pasos a nivel, todo financiado por el Estado pero que pronto pasará a manos privadas para que hagan usufructo.

Como primera medida para mejorar la competitividad, hubo un aumento de tarifas, que desde el 2 de mayo de 2024 han aumentado, tanto en los servicios a Güemes – Campo Quijano ahora cuesta $440 y el Tren del Valle $330. La disputa por el control de este gran negocio tiene sin dormir al enano de la gorra amarilla, que reclama a Milei y Sáenz el derecho de quedarse con el negocio.

Antecedentes no tan viejos

Érase una vez un país que estaba a la venta, y con los dólares que consiguió de vender todo mantuvo la fantasía de la convertibilidad. Durante el gobierno de Carlos Saúl se privatizó Aguas Argentinas (1993): Esta fue una de las primeras y más grandes privatizaciones en Argentina. La empresa estatal Obras Sanitarias de la Nación fue dividida y vendida a empresas privadas, incluyendo Aguas Argentinas, que se encargó del suministro de agua en varias regiones, incluyendo Salta.

La que más afectó al norte de Salta fue YPF (1992): Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) fue vendida a la empresa española Repsol. Seguida de esta, se vendió Segba (1993): La empresa estatal de gas, Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires (Segba), fue privatizada y vendida a empresas privadas, afectando el costo de transporte del gas en boca de pozo.

Y por último y más importante, la privatización de Ferrocarriles Argentinos (1993): La red ferroviaria estatal fue dividida y vendida a varias empresas privadas. En Salta, esto significó el abandono de muchos pueblos, la pérdida de numerosas fuentes de trabajo de manera directa e indirecta, lo que disparó las tasas de desempleo en la región a más del 15%.

Salta da el ejemplo

Desde hace tiempo la mesa de dinero de Alfredo Olmedo pide la privatización de Belgrano Cargas. La empresa de trenes de carga Belgrano Cargas, que transporta una gran cantidad de carga en la región, ha sido objeto de un proceso de privatización reciente. La pelea por semejante caja se ha vuelto cada vez más encarnizada, por un lado Olmedo mandó a pedir de favor que el Gobierno Nacional intervenga y le facilite la compra a precio vil y en cómodas cuotas. Mientras que la cúpula de Sáenz no quiere que caiga en las manos del sojero, y en cambio está en tratativas aceitadas para quedarse con ella y tercerizar una parte vía capitales asiáticos tomando ambos el control del B. C.

El negocio es redondo, ya que dentro de la bolsa entra la privatización de Corredores Viales, que se encarga de la construcción y mantenimiento de rutas viales. Lo que permitirá a los nuevos dueños privados, seguir recibiendo las mieles del Estado Bobo que se verá en la obligación de mantener los subsidios, por lo menos hasta que logren vaciarnos el litio y otros commodities.

Se dice que hasta ahora no hay una decisión tomada sobre el futuro del Belgrano Cargas y de todo su patrimonio y servicios. A Olmedo no lo ayuda su paso por el PARLASUR, así como su distanciamiento con la Libertad Avanza y el desplazamiento político que le propinó Maria Emilia Orozco.

La Provincia quiere hacerse cargo de toda la porción que pueda del B. C., hay detrás de ello un gen nacionalista, algo del ADN que hace pensar que aún no es tiempo de desprenderse de tal negocio, tanto para sostener la caja, como para -llegado el momento- ser usada como moneda de cambio con el Gobierno Nacional.