En conferencia de prensa, Ana Guerrero desechó la hoja que decretaba la prohibición de acercamiento impuesta a sus agresores y dijo que quiere que los detengan, porque «van a seguir mandando gente». La jefa comunal fue golpeada en la puerta de su casa por supuestos originarios.

«Exijo desde mi cargo como intendenta y desde mi derecho como ciudadana argentina, seguridad para mí y para toda mi familia». De esa manera, la intendenta de General Mosconi, Ana Guerrero Palma, agredida por tres sujetos la noche del martes cuando regresaba a su vivienda después de dictar clases en el instituto de nivel terciario, rechazó que la justicia solo haya ordenado la restricción de 200 metros a los sujetos que la atacaron para exigirle que firmara un pedido al Gobierno de la Provincia para que un sujeto de Tartagal, al que identificó como Cristian Rivadero, actuara como ejecutor de las obras de 40 núcleos húmedos en una comunidad originaria ubicada al costado de la ruta nacional 34.

Desde el momento en que se conoció el violento incidente que la tuvo como involuntaria protagonista, la abogada mosconense recibió la solidaridad desde distintos sectores, en especial desde las intendencias vecinas que como ella misma padecen de forma permanente el apriete de estos sujetos que movilizan a las comunidades originarias para que exijan, mediante cortes de rutas y otro tipo de protestas, obras para las propias comunidades.

Lo disparatado de la situación es que las mismas obras ya fueron autorizadas y adjudicadas en gestiones anteriores, pero nunca se concretaron a pesar que los fondos se liberaron a favor de estos intermediarios que dicen dirigir estos proyectos. En este caso las comunidades exigen la construcción de 40 núcleos húmedos, a pesar de estar asentadas en terrenos fiscales que no cuentan con el servicio de agua ni ningún otro tipo de servicio esencial.

«Exijo a la justicia la detención de Cristian Rivadero, Silvina Quinto y de Juan Lucio porque es la única manera de terminar con este tipo de prácticas», dijo con la voz quebrada y expresó el temor por la seguridad de su familia y de sus padres que también habían sido amenazados anteriormente. «Estoy agradecida por tanta gente que dejó de lado diferencias políticas o ideológicas y me expresó toda su solidaridad. Mucha con la que quizás nunca hemos tenido coincidencias se mostró indignada por estos hechos y celebró que así sea porque no podemos naturalizar la violencia», remarcó.

Delicada

Ana Guerrero había sido intervenida quirúrgicamente una semana atrás, pero no pidió licencia ni en su cargo como intendenta ni en su trabajo como docente en el instituto terciario, por lo que al llegar a su vivienda fue abordada por los tres sujetos que le exigían que firmara un pedido de obras que ejecutaría Cristian Rivadero. Como la intendenta se negó, los sujetos la empujaron intentando ingresar a su vivienda mientras la amenazaban de quemarle la casa y advirtiéndole que «no sabés con quién te metiste».

Guerrero formalizó la denuncia por la que su vivienda permanece con seguridad las 24 horas y la policía le asignó una custodia personal.En la mañana de ayer llegó a Mosconi el director de Seguridad de la Policía de la Provincia para disponer las medidas que adoptaron los efectivos para garantizar la seguridad de la jefa comunal de uno de los municipios más conflictivos de toda la provincia, epicentro de hechos de inusitada violencia años atrás.

«No me gusta andar con seguridad, me gusta ir en bici hasta Vespucio como lo hice siempre, recorrer las comunidades originarias y todos los barrios, pero lamentablemente tengo que reconocer que estoy en riesgo y no precisamente por los originarios, sino por este tipo de gente» expresó.

A pesar de lo grave de la situación el fiscal penal N° 1 en turno Pablo Cabot solo dispuso una restricción para que los denunciados no se acerquen a menos de 200 metros de la intendente de Mosconi. «A mí eso no me sirve. Hoy me notificaron de las medidas y a pesar de lo bien que se portó el personal policial esto no me sirve», expresó arrojando el escrito donde fue notificada de la única medida de protección dispuesta por la fiscalía penal en turno, rodeada de funcionarios de su gestión, amigos y vecinos de Mosconi que repudiaron el ataque en el que resultó con golpes y escoriaciones, ya que a pesar de su delicado estado de salud, forcejeó con los agresores intentando que no ingresen a su vivienda.