Los diputados salteños de La Libertad Avanza justificaron la visita a genocidas bajo el pretexto de que fueron a constatar sus condiciones de detención. ¿Tendrán la misma contemplación con otros delincuentes?
Tanto Emilia Orozco como Carlos Zapata aparecen mencionados en un informe del programa de TV Argenzuela (C5N), que conduce Jorge Rial. El mismo que da cuenta de una iniciativa libertaria para beneficiar a genocidas condenados por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar.
Los diputados salteños negaron haber ingresado al penal, sin embargo reconocieron y justificaron la actitud de sus compañeros de bancada, quienes mantuvieron contacto con militares condenados como Alfredo Astiz.
Los dos salteños de LLA justificaron su participación en las reuniones previas a la visita, bajo el pretexto de que iban a constatar las condiciones de detención de los genocidas, algo que bien podrían haber hecho en cualquier cárcel del país y con cualquier tipo de detenidos.
En una entrevista con Delta FM, Orozco manifestó que la visita al penal de Ezeiza, «no fue exclusivamente para ir a ver a esos (genocidas de la dictadura)». El planteo supone un giro de 180 grados en la postura tradicional del mileísmo y de su variante local, el olmedismo.
Giro garantista en la agenda libertaria
En más de una oportunidad, Orozco mostró su afinidad por las políticas carcelarias de Nayib Bukele, presidente de El Salvador, caracterizadas por la tortura a detenidos. Incluso su jefe, Alfredo Olmedo, llegó a presentar un proyecto para trasladar a toda la población carcelaria a la puna salteña, donde -se supone- pasarían sus días «picando piedras».
Cabe preguntarse, ¿el morbo represivo de la ultraderecha libertaria para con los delincuentes comunes no alcanza a los genocidas de la última dictadura militar?