La docente y narradora salteña presenta en Orán este viernes 2 de agosto su cuarta publicación, “Siempre anochece” (Vinciguerra, 2024), un conjunto de cuentos y microrrelatos que tratan sobre el lado menos visible de la tercera edad.
Por Mario Flores
En “Retrato de un cuerpo. La travesía de Ana T.” la historia se centra en cuerpos diversos y los trastornos alimenticios, en “Siempre anochece” es la vejez y los reveses de la tercera edad (poco visibilizados) la temática que direcciona las narraciones, ¿cómo se eligen estos temas, poco publicitados tradicionalmente y dejados de lado socialmente, a la hora de idear un libro?
Elegir el tema de la vejez, su vulnerabilidad y sus reveses, como hilo conductor de las historias breves de esta antología, obedece a que es un tema que ha despertado mi interés desde la niñez. Siempre me ha conmocionado cómo los dos extremos de la vida, en muchos casos, terminan pareciéndose en la necesidad de los otros para sobrevivir. Un anciano/a enfermo/a o desvalido/a emocionalmente necesita de su entorno social o familiar para poder seguir transitando la vida. Los vínculos familiares y sociales muchas veces suelen ser los verdaderos salvavidas para afrontar los días difíciles. Por supuesto que muchos atraviesan la vejez en plenitud física y emocional, lo que resulta grandioso, pero no es lo más frecuente: muchos ancianos y ancianas no reciben los servicios de salud indispensables; otros padecen postergación, aislamiento, soledad y hasta maltrato, lo que no se visibiliza, pero sucede. En uno de los relatos de este libro se alude al maltrato en la ancianidad.
Después de una primera novela estás volviendo al género breve, con un libro de relatos, que es el género de “Cuentos no tan cuentos” (1997) y “Corazón adentro” (2021). ¿Es un formato en el que te sentís más cómoda?
Me gustó mucho escribir la novela, uno puede extenderse más en descripciones de lugares, en la caracterización de los personajes o en los aconteceres de la historia. Sin embargo, también me cautiva la narrativa breve por esa posibilidad de contar una historia en un espacio acotado, en el que hay “ausencia de complejidad estructural, mínima caracterización de los personajes, esquematismo espacial y condensación temporal”, como dice Irene Andrés Suárez, cuando señala los rasgos formales del género. En la brevedad todo importa: un título significativo, el inicio y el final, porque cada palabra es una pieza de la artesanía literaria.
¿Cuáles fueron las primeras motivaciones para encarar una nueva publicación, con respecto a los libros anteriores y teniendo en cuenta los costos que conlleva una publicación?
En realidad, la motivación más importante fue la culminación de una Maestría en Escritura Creativa en la Universidad de Salamanca, ya que este libro fue mi TFM (Trabajo de fin de Máster). Luego de finalizar esta etapa, tuve el gran deseo de compartir con mis lectores esta breve antología que es, tal vez, el libro más corto de los que haya publicado hasta ahora, ya que está conformado por 25 relatos, pero creo también que es el más querido por mí, en virtud del tema que lo transversaliza. En sus páginas están las voces de muchos ancianos y ancianas que no son escuchados en la sociedad, están las voces de hijos/as y nietos/as que asisten con dolor, con amor o pesar esa etapa de sus mayores. Los costos de publicar, sin dudas, son muy altos, ya no resulta fácil como en otros tiempos hacerlo. Implica un esfuerzo económico importante, pero los que apostamos a la literatura y a la cultura en este país sabemos que, salvo contadas excepciones o escritores consagrados en el canon literario, nadie gana ni lucra con la literatura. Creo que en este contexto la vocación por el arte es una inversión vinculada al placer.
Esta presentación en Orán está signada por un diálogo artístico entre la literatura, la música, lo escénico y lo editorial, ¿cuál es, según tu experiencia, las peculiaridades de ofrecer una nueva producción junto a otros artistas de otras disciplinas, cómo piensas que enriquece lo que se lleva el lector?
Si, esa es la particularidad de la presentación de este libro: no es convencional. La palabra es la protagonista en una suerte de contrapunto entre lecturas y música. Habrá ocho talentosos músicos y cantores en escena que acompañarán cada uno de mis relatos (serán siete los textos leídos) con una canción vinculada a la temática. Habrá también canciones cantadas por todos (Luis Ángel Arévalos, Ricky Zarra, Elías Saadi, Aldo Paniagua, Hugo Osteri, Mariana Savoy, Guillermo Frías y Juan Ignacio Arévalos). Será una hermosa noche que conjugará disciplinas que, cuando se encuentran, hacen brotar la esencia y la magia del arte para sensibilizar a los lectores con la realidad de la ancianidad.
“Siempre anochece” (un título más que poético) viene a instalar públicamente que se puede narrar la vida de los adultos mayores tanto en sus virtudes como en sus dolencias, ¿qué lugar crees que ocupa la lectura y la literatura en general en el diario vivir de aquellos que son de generaciones diferentes?
Sin duda, narrar la vida de los mayores es visibilizar su existencia y sus necesidades. Estoy segura de que la lectura y la música son una hermosa compañía durante todas las edades. Mi deseo es que mi libro llene algunas horas vacías, que acompañe algunas soledades. Cuando escribo, aun narrando historias amargas, suelo hacerlo desde la ternura porque creo que precisamente es lo que le falta a nuestra sociedad, tan llena de hostilidad, de agresión e individualismo. Se ha naturalizado el desamor y la denigración del otro. Intento, desde mi lugar y con mis palabras, aportar a la armonía y al encuentro.
¿Cómo crees que llega este libro a inscribirse dentro de la escena literaria regional o provincial? ¿Hay una lectura que se encargue de debatir lo que se escribe en los municipios?
El tiempo lo dirá, por ahora debe caminar al encuentro de lectores, recorrer ferias de libros, talleres literarios, jornadas de lecturas, abrir sus páginas, convidar, compartir las historias que atesora.
¿Podrías recomendarnos tres libros que se alineen con la temática de la nueva publicación?
El tema está salpicado en distintas obras, en algunas no como tema exclusivo, pero puedo mencionarte estos libros que me vienen ahora a la memoria: “Las gratitudes”, de Delphine de Vigan; “La invención de la soledad”, de Paul Auster; “La vejez”, de Simone de Beauvoir También hay ensayos recientes sobre la vejez, como “La nueva vejez” de Pacho O’Donnell. En el cine también tenemos bellos ejemplos de films que abordaron esta temática, como el documental “Cien días con la Tata” o la película “Elsa y Fred”.
Silvina Rufino nació en San Ramón de la Nueva Orán en 1958, y es Profesora en Letras por la Universidad Nacional de Salta y Magíster en Escritura Creativa. Esta primera presentación y lanzamiento de “Siempre anochece”, su cuarta publicación y tercer libro de relatos, será el viernes 2 de agosto a las 21:00 en la Casa Municipal de la Cultura de la ciudad de Orán.