Salta es la única provincia del país en la que se aplicaron medidas de austeridad para el ahorro de gas que impiden cargar GNC en surtidores. Desde la Cámara de Estaciones de Servicio explicaron que se busca priorizar el consumo en hogares y hospitales. Contradicciones de un territorio productor de gas que padece inequidades insalvables con el centro del país.

Kim Im Porta

Es sabido que el de los tacheros es un gremio derechoso por tradición, pero por estos días los trabajadores del volante padecen en carne propia las arremetidas de la “libertad” y van cayendo en cuenta que eran parte de la “casta”. En las últimas horas, los surtidores salteños no cargaron GNC por un particular motivo: ante la ola polar que atraviesa el país, se está priorizando el consumo en hogares y hospitales.

Así lo explicaron desde la cámara de propietarios de Estaciones de Servicio de Salta, tras una catarata de reclamos por parte, principalmente, de trabajadores del transporte impropio. Desde Gasnor se encargaron de informar la situación a ENARGAS y prometieron restablecer el servicio a la brevedad. Al cierre de esta edición, se barajaba la posibilidad de cargar GNC únicamente hasta las 21 hs en todo el territorio provincial.

A la gran demanda por el frío extremo, se le habrían sumado varias deficiencias en la red de Bolivia. Lo que determinó que haya máxima prioridad para el servicio domiciliario y hospitales. Así lo explicaron desde Gasnor a los estacioneros, quienes se encargaron de cumplir con la disposición. El conflicto podría ampliarse y extenderse a otras provincias del país como ya ocurrió en otras oportunidades. El antecedente más reciente es que en mayo habían suspendido la venta de GNC porque no pagaron a un barco en tiempo y forma.

“Todas las estaciones de Salta están sin venta de GNC. También he escuchado que esto podría afectar al Valle de Lerma. No tengo información sobre otras provincias en el país. Parece que somos los primeros, o mejor dicho, las ovejas negras. Salta es la única afectada”, afirmó Manuel Pérez, presidente de la Cámara de Expendedores de Combustibles.

Distorsiones

La inexplicable disparidad en el precio del Gas Natural Comprimido (GNC) entre Salta y Buenos Aires es un tema ampliamente conocido y arraigado en la región. Esta inequidad, que ha persistido durante años, se ha vuelto parte del sentido común de la mayoría. La falta de una regulación definitiva de los precios ha sido una exigencia constante de diversas asociaciones por décadas. Sin embargo, la discrepancia de hasta un 20% en los precios del GNC en Salta, incluso dentro de un radio de 20 kilómetros, resulta ilógica y difícil de analizar.

Recientemente, sindicatos y federaciones de trabajadores del transporte han destacado este problema. En Salta Capital, el costo del GNC es bastante más elevado que en localidades cercanas como Cerrillos o General Güemes. Esta disparidad se atribuye a la falta de regulación y a la resistencia de los distribuidores a la intervención estatal, además de la cartelización del producto. En marzo de 2021, la Federación de Expendedores del Interior del país (FAENI) y sus cámaras asociadas recurrieron a la justicia para evitar cambios en las condiciones de compra del gas.

El contrasentido se agudiza al considerar que provincias naturalmente ricas en gas, como Salta, venden el producto a precios considerablemente superiores a provincias como Buenos Aires o Córdoba. Aunque la lógica sugeriría que los costos de transporte encarecerían el producto en el centro del país, la realidad es lo opuesto. Los primeros reportes periodísticos que documentaron esta disparidad se remontan al menos 15 años atrás. Un titular de El Tribuno en julio de 2008 señalaba que el GNC era hasta un 60% más barato en Buenos Aires que en Salta en ese momento.

Dieciseis años después, con una inflación significativa, los precios nominales han aumentado considerablemente, aunque la distancia entre las provincias productoras y el puerto sigue siendo la misma. En Salta Capital, el costo promedio del metro cúbico de gas supera en $100 el costo estimado para las estaciones de CABA.

Proyecciones oficiales

En la COP26 de Glasgow, el gobierno nacional presentó el “Plan de Transición Energética al 2030”, que busca duplicar el uso de vehículos con GNC en menos de una década. En Argentina, el GNC se introdujo en los años ochenta como parte de un plan nacional para sustituir combustibles líquidos, promovido durante el gobierno de Raúl Alfonsín. A pesar de los incrementos recientes, el GNC sigue siendo el combustible más económico del mercado.

En Argentina, entre 1.700.000 y 1.800.000 vehículos funcionan con GNC, representando alrededor del 15% del parque automotor total. Salta cuenta con el 1,9% de estos vehículos, con aproximadamente 38.000 autos que utilizan GNC. Aunque el GNC sigue siendo una opción económica, los aumentos en su precio han afectado a muchos usuarios.

Vocación legislativa

Aunque el Congreso de la Nación sería el ámbito ideal para abordar este problema, los legisladores por Salta no han mostrado un esfuerzo significativo para plantear el reclamo.

Por el contrario, podría decirse que quienes acompañaron la ley bases avalaron la desregulación del comercio internacional de hidrocarburos, comprometiendo seriamente el abastecimiento interno.

El artículo 100 de la ley bases, sustituye el artículo 3° de la Ley N° 17.319 por el siguiente: “El Poder Ejecutivo nacional fijará la política nacional con respecto a las actividades mencionadas en el artículo 2º, teniendo como objetivos principales, maximizar la renta obtenida de la explotación de los recursos y satisfacer las necesidades de hidrocarburos del país.”

Vale remarcar que la legislación actualmente en vigencia dispone satisfacer las necesidades de hidrocarburos del país “con el producido de sus yacimientos, manteniendo reservas que aseguren esa finalidad”.

En definitiva y en lo que refiere particularmente a la actividad, la “Ley Ómnibus” propone la libre disponibilidad de los hidrocarburos mediante la liberación del comercio internacional y la no intervención del Estado en la fijación de precios en ningún segmento de la cadena de valor, desde el pozo hasta el surtidor.