El juez de Garantías de Distrito Metán, Mario Teseyra, ordenó fusionar las causas que se seguían contra un joven de 26 años que había sido detenido el pasado 4 de abril.
En una audiencia flexible y multipropósito fijada por la Oficina de Gestión Judicial de Metán (OfiJu) en el marco del plan piloto de oralidad las partes llegaron a un acuerdo de juicio abreviado. El juez de Garantías de ese distrito, Mario Teseyra, ordenó acumular las causas que se seguían contra un joven de 26 años que había sido detenido el pasado 4 de abril.
Fue condenado a la pena de tres años y seis meses de prisión efectiva por ser autor de los delitos de robo simple (tres hechos), hurto simple en grado de tentativa, robo agravado en despoblado, estelionato, robo agravado con arma de fuego de utilería y hurto simple, todo en concurso real. Seguirá detenido, alojado en la Comisaría Primera de Rosario de la Frontera. Además deberá comenzar cuanto antes un tratamiento psicológico. En el mismo fallo fue sobreseído por los delitos de robo agravado con arma y dos hechos de hurto.
Fue denunciado el 31 de marzo pasado en el Destacamento Policial El Jardín por cuatro víctimas. El primer denunciante contó que durante la madrugada escuchó un fuerte golpe en su camioneta, y cuando salió a ver lo que sucedía vio al acusado que salía corriendo. En su mano llevaba la mochila que le había sustraído, y que tenía dinero en efectivo. El denunciante lo persiguió, y el acusado tiró la mochila y siguió corriendo. Cuando volvió advirtió que adentro estaba toda la plata que tenía.
El segundo denunciante contó que había salido de viaje el día anterior, y que al volver esa noche vio que la ventana del frente estaba abierta. Cuando revisó, advirtió el faltante de más de trescientos mil pesos y una motosierra entre otras cosas.
El tercer denunciante dijo que tiene una casa en construcción y allí deja herramientas que usa para su trabajo. Contó que el 30 de marzo se fue a su casa a continuar con su trabajo, pero cuando llegó vio que el fierro que agarraba la puerta principal y el candado estaban rotos. Desde adentro se habían llevado una amoladora.
El último en radicar denuncia dijo que había salido de viaje y esa tarde recibió un llamado de su hermana, que le explicó que alguien había roto la puerta del fondo. Cuando fue a ver lo que sucedía advirtió que le faltaba, entre otras cosas, un rifle y la suma de doscientos mil pesos.