El Presidente señaló su intención de persistir con las reformas, especialmente a partir de 2025. Asimismo, afirmó que la eventual eliminación del cepo, prevista para mediados de año, representaría un punto de inflexión positivo para Argentina.
El presidente Javier Milei en una entrevista al diario económico inglés Financial Times, dio fuertes declaraciones en una de ellas aseguró que no necesitará del Congreso para avanzar con las reformas pendientes, especialmente después de 2025.
Además, defendió su programa económico afirmando que está siguiendo los lineamientos de los libros y mencionó que la eliminación del cepo al dólar a mitad de año podría marcar un punto de inflexión positivo para Argentina.
El presidente afirmó que considera nulas las posibilidades de un levantamiento social, a menos que sea desencadenado por un evento político o la participación de infiltrados extranjeros. Además, señaló que activistas de Venezuela y Cuba estuvieron presentes en las recientes protestas disfrazados de fotógrafos, y expresó su creencia de que los gobiernos de izquierda colaboran para obstaculizar a aquellos que no comparten sus ideales.
Milei está convencido de que sus medidas han evitado la hiperinflación en el país, él mismo reiteró su objetivo de continuar reduciendo este indicador y limpiar el balance del Banco Central. También destacó su intención de levantar los controles cambiarios una vez que el balance esté saneado, apuntando a un posible levantamiento a mitad de año según estimaciones del FMI.
Con la ley ómnibus caída y ante la creciente expectativa en torno a su discurso en la apertura del año legislativo, el libertario enfatizó que realizará cambios que podrá implementar por decreto, evitando la necesidad de recurrir al Congreso mediante modificaciones en la aplicación de ciertas leyes. Asimismo, aclaró que aproximadamente un tercio de las mil medidas que buscaba implementar a través de la ley ómnibus ya están contempladas en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70, el cual será revisado por una comisión bicameral.
El mandatario admitió que resulta «difícil» avanzar con ciertas reformas debido a las trabas impuestas por los «políticos» que defienden sus privilegios, debido a la actual composición del Congreso. Además, calificó como «enemigos del cambio» a quienes se opongan a partir de ahora a las iniciativas que seguirá enviando al Palacio Legislativo, aunque resaltó la importancia a largo plazo de contar con el respaldo del Congreso.
El presidente expresó su disposición a reintroducir todas las reformas después del 11 de diciembre de 2025, afirmando que aún quedan por presentar alrededor de 3000. Asimismo, mostró confianza en que la eliminación del cepo cambiario podría impulsar la recuperación económica a través de la inversión, lo que beneficiaría las perspectivas electorales de su partido en las elecciones de medio término. Y destacó que este paso podría ser el punto de partida para un fuerte crecimiento sostenible con baja inflación en Argentina el próximo año.
Además, mencionó que si el país logra mantener el déficit cero alcanzado en enero, estaría en condiciones de refinanciar la deuda y regresar a los mercados internacionales de capital en 2024. En cuanto a su política de shock, defendió su enfoque afirmando que está siguiendo las recomendaciones de los libros de texto, y señaló que la palabra que mejor representa a su gobierno es «esperanza».
En el ámbito internacional, mencionó sus lazos con Estados Unidos, Israel y Ucrania, destacando su alineación con Estados Unidos independientemente de quién esté en el poder, ya sean demócratas o republicanos, y subrayó su fuerte afinidad con el expresidente republicano Donald Trump, con quien se reunió durante la Conferencia de Acción Política Conservadora. Describió el encuentro como una reunión entre amigos, aunque aclaró que no fue un encuentro bilateral premeditado.
Además, reiteró su propuesta de organizar una cumbre que reúna a países de América Latina en apoyo a Ucrania en medio del conflicto con Rusia, aunque no proporcionó más detalles al respecto.