A través de un decreto, la intendenta saliente creó una estructura plagada de militantes y amigos. Más casta no se consigue. 

 

El romerato en retirada no quiere dejar el poder sin acomodar a sus amigos en el estado. Se estima que la nueva administración heredará un pasivo de $4 mil millones, además de un sinfín de obras sin terminar. Sn embargo, esto no inhibió a la intendenta Bettina Romero de firmar un nuevo decreto designando a sus amigos y militantes.

La decisión crea una estructura inferior a empleados municipales afines al romerato en varias secretarías como: Movilidad Ciudadana, Gabinete, Prensa y Comunicación.
La decisión no sólo cayó mal en el entorno del próximo intendente también entre los trabajadores municipales por lo arbitraria de la medida. Por supuesto, esto repercutirá en las alicaídas arcas municipales significando una mayor imputación en lo que respecta a la carga salarial.