Trabajadora cuestiona la incoherencia de del gremio de la Universidad Nacional de Salta.

Una empleada de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Salta (ADIUNSa) denunció que fue despedida «sin causa». Marcela Fernanda Gutiérrez además expresó su decepción por lo que ve como una incoherencia entre las acciones y las palabras de la organización. La trabajadora, quien tenía casi 8 años de experiencia en el puesto, señaló su profunda insatisfacción por ser despedida por una institución que dice defender los derechos laborales.

«Quedarse sin trabajo siempre genera bronca e impotencia, pero si quienes te despiden dicen defender a lxs trabajadorxs, resulta inadmisible. Tal vez resulte naif pretender cierta coherencia entre lo que dicen querer hacer y lo que en realidad hicieron, pero siempre espero más de compañerxs y camaradas», dijo Gutiérrez.

La trabajadora también destacó su contribución al gremio durante sus años de servicio, subrayando que su destitución se produjo después de un período de Licencia Psiquiátrica de 5 meses debido a problemas de salud mental derivados de un ambiente laboral nefasto. A pesar de la presencia de psicólogas en la Comisión Directiva, la trabajadora afirma que no recibió apoyo ni preocupación por su bienestar.

«No es casual que hasta el día 7 del mismo mes, haya estado con Licencia Psiquiátrica (5 meses, no continuados) , donde según lo que consta en los informes de mi psicóloga y psiquiatra, las afecciones mentales que padezco, han sido originadas o potenciadas, por el pésimo ambiente laboral. En ningún momento recibí una llamada para saber si necesitaba algo, o cuando iba a reintegrarme,pese a que en la Comisión Directiva hay dos psicólogas que, además dicen ser feministas», dijo.

Y añadió: «Cabe recordar que no solo era de compañera de trabajo, también lo soy en múltiples espacios de militancia por los derechos humanos, fui víctima directa de la dictadura ya que estuve exiliada junto a mi familia. Asimismo soy el único sostén de mi familia monomarental, y tengo una hija menor a cargo, es decir, además de quedarme sin mi ingreso fijo, me quedo sin obra social, en una situación totalmente precaria, con un préstamo hipotecario de reciente adquisición», dijo.

Este impactante despido se suma a una serie de agravantes en la vida de la trabajadora. Ella es el único sostén de su familia monoparental y está pagando un préstamo hipotecario. Además, a sus 51 años, enfrenta la difícil realidad de encontrar empleo en una sociedad que tiende a discriminar por edad.

La denuncia también aborda cuestiones de nepotismo dentro de ADIUNSa y la falta de transparencia en las reglas de la organización. La trabajadora lamenta que los principios que ADIUNSa solía defender parecen haber sido olvidados en su caso.

La denunciante concluye su testimonio subrayando que su despido no solo ha afectado su vida económica, sino que también ha socavado la integridad de la organización y sus valores.

«El nepotismo reinante puertas adentro de la Asociación, es abrumador. La falta de claridad en las reglas, y la imposibilidad de reunirse a dialogar con la CD, ni que hablar.

Seguramente alegarán que era su derecho de patronal despedirme, lástima que se olvidaron de los míos como trabajadora.

Con este despido arbitrario y sin causa, bajaron todas las banderas de lucha que alguna vez supieron enarbolar», finalizó.