3 claves de la polémica reforma judicial aprobada en Israel que genera masivas protestas
A pesar de las protestas masivas, posiblemente las mayores en los 75 años de historia de Israel, la polémica reforma judicial dio un paso hacia delante este lunes.
El parlamento aprobó una ley que quita el poder de la Corte Suprema de anular decisiones del gobierno, lo que muchos interpretan como un ataque a la democracia y la separación de poderes.
Desde que el gobierno planteó el proyecto de reforma judicial hace meses miles de personas han salido a la calle a protestar semana tras semana en pueblos y ciudades de todo el país.
Los manifestantes han demandado que se eliminen todas las reformas planificadas y que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, renuncie.
Los opositores de Netanyahu dicen que las reformas socavarán severamente la democracia del país al debilitar el sistema judicial, la única herramienta para mantener bajo control el poder del gobierno.
Detrás de esto hay una fuerte oposición al tipo de gobierno actual, el más derechista en la historia de Israel, y en contra del propio Netanyahu.
Los críticos dicen que las reformas protegerán al primer ministro de 73 años, quien actualmente está siendo juzgado por posible corrupción (cargos que él rechaza) y ayudará al gobierno a aprobar leyes sin frenos.
Los proyectos de ley giran en torno al poder que puede tener el gobierno parlamentario frente al poder que ejercen los tribunales para controlar e incluso anular al propio gobierno.
Con el descontento generalizado en las calles, parece probable que la crisis se intensificará.
Netanyahu ha dicho que intentará llegar a un amplio acuerdo público sobre el resto de las reformas durante el receso de verano de la Knesset, de agosto a mediados de octubre.
Sin embargo, el primer ministro depende de los ministros de extrema derecha de su gabinete, sin cuyo apoyo su gobierno podría colapsar. Esos ministros han insistido en que las reformas deben aprobarse.