Los vecinos están que trinan. Temen que el bache se «trague» a un motociclista.
Todo comenzó con un arreglo de un caño de agua. Era pequeño el pozo, casi insignificamente. Pero fue mutando. Más ancho, más h ondo. Ahora es de temer.
Aunque se cansaron de llamar a la Muni, le informamos a Bettina que el hoyo está en la esquina de Francisco Arias y Toscano. Hay una señalización precaria, casi ridícula, hecha por los mismos vecinos para impedir que alguien se mate.
Por ahí circulan muchos bondis y pasan muchos niños.