El Ministro de Salud fue a dar explicaciones y al final no explicó nada. Hubo gritos y momentos duros con los senadores. Qué dice la Auditoría que pone en jaque al nosocomio que Esteban tanto se empecina en proteger. 

El ministro de Salud Pública de la provincia, Juan José Esteban, entró a una reunión con senadores provinciales como si fuera un patrón de estancia. A los gritos, incluso llegó a ningunear al representante de Cafayate, Sergio Saldaño, legislador más que interesado en el encuentro ya que el tema principal era el hospital de su municipio, sobre el que algunos informes de Auditoría revelan profundas irregularidades. 

«Cola de paja seguro debe ser», dijo, después, Saldaño. Porque Esteban no dijo nada de la auditoría que se hizo en marzo de este año en el hospital cafayateño, estado de bienes patrimoniales, análisis financieros, anticipos financieros, procedimientos de contratación, ingresos por fundación y detalles de gastos varios en distintos corralones. «Esta mañana esperando con ansias el pedido de informes, nos damos con que nunca nos respondió, eso quiere decir que aparte de soberbio, nuestro ministro de Salud es un mentiroso, nos mintió en la cara a cada uno de los senadores», remarcó Saldaño. 

Esteban no solo hizo enojar a Saldaño. Por eso ayer, con el respaldo de senadores oficialistas, se aprobó un proyecto de declaración por el que solicita a la Auditoría General de la Provincia que informe si se realizó una auditoría respecto Hospital Nuestra Señora del Rosario de Cafayate sobre los ejercicios presupuestarios 2019, 2020 y 2021, y si es así, que remita las copias. En caso negativo, «se proceda a la inmediata realización de una auditoría relativa a la gestión económica, financiera, patrimonial y operativa de dicho centro de salud, remitiendo copia de informe con sus resultados y dictámenes a este cuerpo».

Por un momento hasta  se llegó a pedir su interpelación; pero luego los oficialistas recordaron que son oficialistas y todo quedó ahí. Aunque está claro que habrá un segundo round.

Antes del tratamiento del proyecto de declaración de Saldaño, en el momento de manifestaciones el primero en traer al recinto el nombre del ministro de Salud fue el por General Güemes, Carlos Rosso (Compromiso por Salta), también con un reclamo: «Pensaba que iba a traer el informe que lleva más de 130 días» que le pidió sobre el Hospital Joaquín Castellanos, dijo. «Vuelvo a decirle al ministro de Salud (…) que me responda», es parte de su tarea, le recordó. 

Le siguió Curá, ya más frontal. Aseguró que Esteban incurrió en «una falta de respeto» a este Cuerpo y a los senadores. Entonces fue que contó que cuando llegó a la reunión el miércoles «se sentó y comenzó a gritar ‘quién es Saldaño'». «Le quiero decir al ministro que el senador Saldaño es un representante del departamento Cafayate, es una persona que lucha por el pueblo de Cafayate». «Le quiero decir al señor ministro que tiene que saber respetar la voluntad del pueblo». En el Senado han sido elegidos por el voto, «no como él que ha sido designado por el gobernador, que sí ha sido designado por el pueblo», aseguró. 

El senador de Orán recordó que en su departamento hay problemas en el Hospital San Vicente de Paul, que trató de hablarlo con el  ministro. «Y noto que no hay una escucha, no hay una voluntad de querer escuchar otra campana», sostuvo antes de afirmar que tampoco respondió sus inquietudes.  

Auditorías fantasmas

El 3 de septiembre, CUARTO PODER  dio cuenta de la situación del hospital de Cafayate en su artículo «Auditoría fantasmas en la tierra del vino». En el artículo se hacía hincapié en que en el hospital de Cafayate se hacen auditorías contables, pero sus resultados se esconden a la ciudadanía sin un motivo aparente. El recambio de autoridades se dio sospechosamente en medio de versiones sobre un faltante millonario.

En julio de este año asumió al frente de la gerencia del nosocomio la Licenciada en Trabajo Social, Valeria Mansilla. La profesional ocupa desde entonces el cargo que dejó vacante, quien repentinamente se alejó de la institución para ejercer como cirujano en el hospital Papa Francisco de la Capital salteña. 

Sobre su intempestiva salida hay dos versiones: una que alude a cuestiones personales y que está vinculada a personas cercanas del Dr Carlos Vargas; y otra que apunta a que los resultados de la auditoría realizada en marzo no habrían sido nada positivos. Pero hay quienes suman un grave antecedente de violencia laboral y de género como causante de la renuncia. 

En junio , Norma Montañez, técnica de laboratorio del hospital y delegada de ATSA, falleció por una falla multiorgánica en el Centro Médico Fundación Virgen de Urkupiña luego de dos semanas de internación. El motivo del deceso fue asentado como un coma glucémico tras un pico de stress, pero que se habría generado tras una reunión a la que fue citada por el gerente del nosocomio y en la que tuvo que enfrentar a puertas cerradas nada menos que a un médico a quien había denunciado por violencia de género.

En ese momento, el diputado provincial por Cafayate, Sergio Cisneros, se hizo eco de la situación que atraviesa el personal del hospital Nuestra Señora del Rosario donde, aseguró, “hay maltratos” y que por eso “hay una persona internada por estrés laboral”. En ese  marco, Cisneros pidió que el ministro de Salud, Juan José Esteban, “no tape las cosas malas que allí suceden”.

Por otro lado, Cisneros marcó que es necesario, en tiempos de pandemia, que el personal de Salud trabaje con predisposición y voluntad “pero lamentablemente hablé con el ministro Esteban por los maltratos que sufren mis compañeros por parte de distintos profesionales en el hospital de Cafayate”.

En una carta de despedida a la trabajadora, una compañera, Marcela Rodriguez, escribió: «¿Si se pudo evitar? Claro que se pudo evitar, pero no hay gestión imparcial en este hospital ya que por amistad se hace la vista gorda de este tipo de violencia ya denunciada. Para no vuelva a suceder esto a ningún trabajador de nuestro hospital. Pido y exijo justicia en memoria de Norma».

El poder es impunidad

La gestión de Esteban está marcada por la impunidad. Gana adeptos, mientras él reparte impunidad, como si repartiera caramelos. La situación detallada en el hospital de Cafayate también se vive en otros nosocomios de la provincia. Y el resultado es el mismo: el castigo recae sobre quienes denuncian, jamás sobre quienes meten mano a las arcas del Estado.

 

Hospital de Joaquín V. González, otra muestra de impunidad

No es un hecho aislado. La manera en que Esteban protege a los directivos del hospital de Cafayate es algo que ya ha hecho. 

Un ejemplo claro es lo que sucedió en el hospital de Joaquín V. González, situación sobre la cual también han leído los lectores de CUARTO PODER. 

Pero es necesario evocar el caso de Marina del Valle Guanca. Porque es una pesadilla sin fin. La profesional pasó de ser directora de un hospital, a atender, como castigo, un centro de salud, solo por haber cometido el error de denunciar corrupción. 

La pesadilla comenzó el 20 de abril de este año, cuando  Marina del Valle Guanca fue designada Gerente Administrativa del Hospital “Dr. Oscar H. Costas” de Joaquín V. González. Ya estaba cargo de otro hospital, el de Nazareno, al cual renuncio para ir al de J.V. González. Antes de tomar posesión del cargo, la Secretaria de Gestión Administrativa del Ministerio de Salud de la Provincia, Georgina Marcela Tula, le advirtió: “no sabe con qué se puede encontrar”, dado que esa Gerencia estaba vacante desde hace mucho tiempo.

Es decir, algo ya se sabían en el Ministerio e igual la mandaron a Marina al lugar.  ¿Qué esperaban que pasara?

Marina llegó, empezó a revisar los documentos y encontró un faltante de $ 4.000.000. Además, notó que había un festival de «horas extras» que se regalaban como si fueran caramelo. 

Guanca cometió un error. Tuvo la descendía de avisarles a las salientes autoridades que presentaría un informe dando a conocer todo ese faltante. Los predecesores montaron una puesta en escena y embarraron la cancha porque sabían que obtendrían el apoyo del Ministerio. 

El final es predecible: a Marina la bajaron y la mandaron a un centro de salud de Salta Capital. Los que estaban en el nosocomio, se quedaron ahí. 

La auditoría fantasma

Hay una pieza fundamental en el esquema de impunidad: el rol de la Auditoría General de la provincia. Desde que llegó Gustavo Ferraris casi no se publican informes. Hay rumores, cada tanto, de la conclusión de uno. 

En 2019, antes de la asunción de Ferraris, la auditoría generó 53 publicaciones. En lo que va de este 2022, no hay más de cinco. Quizá Ferraris podría haberse amparado en la pandemia para justificar que su organismo tiene menos movilidad que un cactus, ¿pero qué excusa puede tener ahora?