Casi diez años después que Néstor Kirchner se manifestó a favor de los derechos de la diversidad sexual, la política salteña empieza a ver sin temor a un costo político al colectivo de la diversidad sexual en Salta. Festivales, nombramientos y pretensiones de agenda electoral en el mayo salteño. (Matías Hessling)
Estas últimas semanas se escuchó y leyó, en diferentes medios, declaraciones de funcionarios y políticos oficialistas hablar de la “década ganada”. Los políticos locales afines al oficialismo nacional repitieron el guión en diferentes actos gubernamentales. Casi diez años después desde que Néstor Kirchner se manifestó a favor de los derechos de la diversidad sexual, específicamente el matrimonio, los estados locales, provincial y municipal, empezaron a ver sin temor a un costo político al colectivo de la diversidad sexual en Salta.
A principios de mayo el Gobernador Urtubey firmó el nombramiento de la representante de la Asociación de Travestis y Transexuales de Argentina en Salta, Mary Robles, como asesora del Poder ejecutivo en materia de derechos de diversidad. Este nombramiento causó numerosos revuelos, sobre todo en medios de comunicación que habitualmente habilitan la xenofobia, el racismo, y la discriminación como El Intransigente, aunque hubo otros con cierta tradición retrógrada, que respetaron la decisión del estado provincial de sumar oficialmente y por primera vez a sus filas a una travesti, a esas misma que reprime y criminaliza cada noche en las zonas rojas de Salta por prostitución.
Los efectos políticos del debate sobre el matrimonio igualitario y los réditos de la mayoritaria aprobación de la ampliación de derechos para la diversidad sexual por parte de la sociedad argentina activaron el desarrollo de políticas públicas y la generación de instituciones oficiales (direcciones, secretarias, etc.) en el Estado Nacional que a los ojos de los gobiernos locales sirvieron de incentivos para perder el miedo a sumarse a estas iniciativas nacionales. Está por verse cuál será la autonomía de la nueva “funcionaria” y la capacidad de instalar en la agenda del gobierno provincial las demandas del colectivo al que dice representar.
Esta semana que pasó, el gobierno municipal lanzó junto a organismos nacionales y organizaciones de la sociedad civil el Primer Encuentro de Identidad de Género y Diversidad sexual en Salta, con participaciones de numerosos representantes de las agencias del Estado Nacional en materia de derechos de la diversidad, actividades culturales con obras de teatro y cine nacional de temática gay-lésbica-trans; que sin embargo contó con escasa difusión en los principales medios de comunicación de la ciudad. El mismísimo Intendente Miguel Isa en persona, con dos horas de demora, dio apertura oficial al encuentro en el Centro Cívico Municipal, reconociendo su desconocimiento sobre la temática y asumiendo responsabilidades por la postergación en el abordaje de las problemáticas del colectivo de la diversidad por parte de funcionarios municipales y provinciales. En este mismo acto se realizó la presentación oficial del Programa Municipal de Derechos de Diversidad Sexual, al que todavía no se le confirmó una partida presupuestaria para que pueda desarrollar alguna política local en materia de promoción de derechos. La Subsecretaria Municipal de Desarrollo y Cooperación fue la que encabezó la movida para organizar este evento de gran magnitud por la calidad de invitados (como la referente trans Lohana Berkins, a quién en sintonía con la inclusión de Mary Robles como asesora gubernamental, el Ministerio de Derechos Humanos destinó recursos para su traslado y estadía) y de alguna manera novedoso si tenemos en cuenta que es la primera vez que desde el estado se destina recursos para un encuentro de y con homosexuales, lesbianas y travestis. Ya anteriormente (y no hace más de 3 años) cuando eran contados con los dedos de una mano los funcionarios, legisladores y políticos salteños que se manifestaban a favor de los derechos de la diversidad, organizaciones locales instalaban la visibilización del colectivo en Salta con eventos masivos como lo fue en 2011 el ciclo “Se te nota y qué?” con apoyo estrictamente de organismos nacionales. Veremos si en un año esta movida municipal crece y se instala en la agenda de la ciudad.
La diversidad en la política salteña tuvo otro momento de visibilización con el espíritu “revolucionario” de mayo. El militante del PRO Pedro Robledo, quien fuera atacado por un grupo católico fundamentalista en una fiesta en San Isidro cuando estaba junto a su pareja, y luego de la trascendencia mediática del violento hecho fuera recibido por la Presidenta Cristina Fernández para expresarle su solidaridad y comprometerse a reformar la ley antidiscriminatoria, estuvo en la ciudad de Salta armando estrategias políticas con miras a las elecciones de octubre y convocó a una reunión con referentes de la diversidad, la cual contó con escasa concurrencia, y fue realizada en Fundara, la fundación think thank de Juan Carlos Romero, conducida por su hija Bettinita. Las intenciones de Robledo eran pretensiosas, intentaba que el espacio que desarrolla la estrategia electoral del ex gobernador de Salta para su mentado regreso en 2015 incorporara propuestas referidas a las demandas de las organizaciones que trabajan por los derechos de la diversidad. Pretensiosas en el sentido de que, teniendo en cuenta el desconocimiento de Robledo sobre el panorama político social salteño, incorporar propuestas de políticas orientadas a la diversidad sexual en una plataforma política para ganar la gobernación en una provincia prejuiciosa como Salta quizás sea perniciosa para con las perspectivas religiosas fundamentalistas de numerosos dirigentes, empresarios y sindicalistas con los que Romero pretende tejer alianzas. Quizás nos equivoquemos y los prejuicios sean nuestros.
Podemos sonar místicos, pero el espíritu pro derechos de la década kirchnerista desbordó de diversidad sexual el mayo salteño, sin embargo los diferentes sectores políticos locales con más alta representatividad decidieron dejar de lados los prejuicios e incorporar de una u otra manera a la diversidad sexual en sus filas. Está por verse con que intenciones; y si éstas son meramente electorales, hasta qué punto putos, travas y tortas traccionan votos a los diferentes espacios políticos para estas próximas elecciones.