El sábado 1° de diciembre de 2001, cuando aún regía el uno a uno peso – dólar, el entonces ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, anunció por televisión que los ahorristas tendrían un límite de extracción semanal de hasta 250 pesos.

La medida empezó a funcionar el lunes 3 y se buscaba evitar un colapso en el sistema financiero, que venía sufriendo una sangría de dólares, ya que los ahorristas temían que se viniera lo peor.

Mucha gente asustada estaba retirando no $ 250, ni $300 o $ 1000, sino $ 50000, $ 100.000 o un millón de pesos en fajos de los bancos y los ponía en la caja de seguridad«, había advertido en aquel momento Cavallo.

Y agregó en ese mismo audiovisual: «Ese dinero, que estaba saliendo del sistema bancario, iba a impedir que usted dentro de unos días pudiera sacar los $ 250 que suele sacar«. Si una persona sacaba $ 200 una semana, podía sacar $ 300 la otra. El límite iba a ser de $ 1000 mensuales.

El 5 de diciembre el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que no enviaría a la Argentina un desembolso de u$s 1260 millones, ya que Argentina no había cumplido con las metas que se habían pactado, hecho que agravaría la situación

La tensión social ya se sentía en la calle por la situación apremiante que vivían los sectores populares y, a partir de la restricción a la movilidad de ahorros, la clase media empezó a salir a la calle también. Incluso, se llegó a escuchar la consigna «piquete y cacerola, la lucha es una sola», la cual fue ilustrativa del rechazo transversal al gobierno de Fernando de la Rúa.