Las comunidades originarias del interior provincial padecen, además de necesidades estructurales, el olvido y la invisibilización de las estadísticas. En Santa Victoria Este, las comunidades conviven con la desnutrición infantil y la falta de asistencia.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) difundió las cifras de pobreza en el país y los resultados para Salta son más que preocupantes. El 41,8% de los salteños vive por debajo de la línea de pobreza. No obstante, las mediciones del organismo sólo contabilizan la pobreza en los grandes centros urbanos; por lo que en el caso de la provincia de salta se toma en cuenta sólo la Capital y sus alrededores.
Este mecanismo de medición invisibiliza la realidad de miles de habitantes del interior provincial que conviven con el atraso estructural, la falta de vivienda y servicios, entre otras cosas. Un ejemplo palpable en la provincia de Salta son las comunidades originarias y criollas del departamento Rivadavia, que al día de hoy no cuentan con agua potable, medicamentos, ni atención sanitaria.
La situación deriva en casos graves de desnutrición que, rara vez, son atendidos de manera integral. «La verdad cada vez hay más desnutrición en esa comunidad. Hay muchos fallecimientos. Son desnutridos» comenta Pedro Lozano, concejal de Santa Victoria Este, en relación a la misión Quebrachal de ese municipio.
Lozano se encuentra asistiendo a una madre wichí y a sus tres hijos, de los cuales uno se encuentra en estado de desnutrición. «En el hospital le dieron jarabe o paracetamol pero ni siquiera lo internaron. Ahora lo estoy llevando porque no queda otra. Sino es una persona abandonada» relata.
«Acá no hay nada, no hay ayuda. Donde viven ellos es muy triste lo que está pasando. Están lejos del pueblo criollo y sufren mucho. Es por falta de trabajo, de ayuda, de atención médica… primordialmente de Salud», describe.