Séverine Auffret (Francia, 1942) es escritora, profesora de Filosofía, y se unió a la Universidad Popular de Caen desde que Michel Onfray la fundó en 2002. En diálogo con Télam, hizo un recorrido por su obra «Historia del feminismo».
En “Historia del feminismo” Séverine Auffret realiza un rastreo de las ideas feministas desde la Antigüedad a nuestros días, pasando por la América precolombina hasta las formulaciones más actuales, incorporando las figuras de las amazonas, Safo, Virginia Woolf, Simone de Beauvoir y las disidencias sexuales.
En comunicación con Télam, la autora dialogó sobre esta obra, editada por El Ateneo, y consideró que “las mujeres de hoy son más fuertes y están más unidas que nunca para combatir reacciones” como los femicidios.
– Télam: ¿Por qué decidió escribir un libro sobre la historia del feminismo?
– Séverine Auffret: Decidí escribir este libro porque me parecía necesario revelar sobre qué bases se apoyó el feminismo histórico de los dos últimos siglos, desde la Alta Antigüedad y en el mundo entero, a partir de la instauración del Patriarcado, uno o dos milenios antes de la Era Común. Encontré ideas feministas extremadamente “modernas” en algunos autores como el dramaturgo griego Eurípides, y en muchos otros -hombres y mujeres- antes de la actual revolución de las costumbres.
– T: ¿Por qué cuestiona el feminismo de Simone de Beauvoir?
– S.A.: Por un lado, en muchas partes del mundo Beauvoir fue entronizada como un “ídolo” del feminismo, y en el momento en que redactó la obra “El segundo sexo” no era feminista en absoluto, sino que lo fue solo desde los años 70, después de la creación, en las Américas y en Europa, del movimiento Movimiento de Liberación de la Mujer (MLF).
– T: ¿Qué pensadores y filósofos fueron fundamentales para poder pensar las transformaciones que derivaron en el pensamiento feminista?
– S.A.: Es importante mencionar a Christine de Pisan (1364-1431), autora de «La ciudad de las damas»; Marie de Gournay (1565-1645), amiga de Michel de Montaigne, autora en 1622 del tratado «De la igualdad de los hombres y mujeres», pronto seguido por «Agravio de damas»; Gabrielle Suchon, filósofa muy poco conocida, autora en 1693 de un «Tratado de la moral y de la política». Pero también, a partir de la Antigüedad grecorromana, una buena cantidad de hombres filósofos, como David Hume, Voltaire, Condorcet, John Stuart Mill, Charles Fourier y, a su manera, Victor Hugo.
—¿Cuándo considera que realmente se produjo un hecho que marcó un antes y un después en las ideas feministas y que generaron un cambio en la vida de las mujeres?
—La eclosión del feminismo histórico data de los movimientos revolucionarios antimonárquicos en toda Europa, con Olympe de Gouges, Théroigne de Méricout, las sufragistas inglesas, seguidas por mujeres como «La gran Séverine» (1855-1929), periodista involucrada en la prensa femenina (La Fronda), y participante en numerosas manifestaciones en favor de la instrucción, el salario y el voto de las mujeres y en contra de la guerra. Pero es a partir de los años 60 y 70 que esas reivindicaciones tomaron un giro materialmente decisivo en el mundo: luchas concretas a través de inmensas manifestaciones para la obtención de parte de las mujeres de los derechos sobre sus cuerpos: sexualidad libre, contracepción y aborto. Acompañadas de luchas por los derechos laborales y la paridad política.
—¿Cómo evalúa el movimiento feminista que hoy se está dando a nivel mundial y qué situación considera usted que lo propició?
—Es un movimiento político mundial considerable. Paradójicamente es la extensión del capitalismo en el mundo aquello que la determinó, ya a partir -por ejemplo en Inglaterra- de una industrialización que permitió una emancipación de las mujeres fuera del estrecho círculo de sus familias y su reclamo de instrucción y un salario personal. A lo cual se sumará pronto la difusión mundial por diferentes vías (medios masivos, radio, televisión, internet). Pero hay regresiones que amenazan este movimiento de emancipación femenina: guerras neocoloniales u otras y fanatismos religiosos de todo tipo.
—¿Cuáles son las luchas y reivindicaciones de las mujeres de este siglo? ¿Cómo evalúa el problema de los femicidios?
—Luchas por el derecho al trabajo, a los ingresos, a la visibilidad social y política y a la libertad del cuerpo. Los femicidios son una catástrofe difundida en todo el mundo, desde el origen del Patriarcado: asesinato de niñas en China y la India, como era en el mundo romano, en la Arabia preislámica. Este femicidio reviste hoy día nuevas formas: esterilización forzada de mujeres, como fue en Perú, en la Isla de la Reunión, entre otros. Finalmente, este «femicidio ordinario»- si cabe el término- que afecta a las jóvenes, las esposas, las mujeres separadas en la Argentina, en México, pero también en Europa, y en Francia en particular, a falta de una legislación adecuada. Un tipo de «reacción» contra la emancipación de las mujeres, que sigue horrorizando al Patriarcado dominante… Pero las mujeres de hoy son más fuertes y están más unidas que nunca para combatir esas reacciones.