Salta nuclea tan solo el 1,7 por ciento de las empresas radicadas del país. Los rubros que cobran importancia son áreas estratégicamente concentradas en grupos económicos hegemónicos o en capitales internacionales. Hablamos con salteños sobre el panorama local. (J.P.V.)

La Cámara de Senadores de la Nación fue noticia esta semana tras la presencia de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME), junto a Industriales Pymes Argentinos (IPA), entre otros representantes industriales y empresariales, quienes solicitaron la implementación de una Ley de Emergencia que proteja a esta división del sector productivo del país ante la crisis estructural que ha afrontado.

Las PYMEs han sido de los grupos económicamente activos más vulnerables ante las políticas financieras y de competencia desigual generadas por el gobierno nacional, sin embargo, la situación salteña es mucho más complicada por ser una provincia que posee un sector privado/industrial con índices netamente bajos y una escasa participación dentro de la economía provincial.

Nicolas Innamorato, titular de la Cátedra de Cálculo Financiero en la Facultad de Ciencias Económicas (UNSa), considera que hoy existen tres problemas fundamentales en la cotidianeidad de las PYMEs: la ausencia de un preciso manejo de costos para mantener la rentabilidad, la falta de una rentabilidad lógica que permita afrontar altas tasas de interés y la alta cotización del dólar que condiciona el suministro de insumos más aún en empresas de índole técnico o que se abastecen desde la importación de capitales internacionales.

“Hoy las PYMES se encuentran atadas de  pies y manos con la actual estructura financiera”. Esas fueron las palabras con las que el contador definió la situación. Para Innamorato son necesarias “políticas que no ahoguen a este sector y que propicien la creación de estructuras fuertes, esto a través de medidas como la generación de tasas impositivas propias, desgravaciones impositivas, impuestos diferenciales, etc”. Sin embargo para el catedrático este tipo de acciones funcionan como parches válidos para salir de la coyuntura actual pero cuya solución se encuentra en aumentar la producción del país en materia comercial e industrial, y que esto se vea reflejado en la duplicación del PBI. “El análisis estructural de largo plazo debe ser una política de estado”.

En relación al modelo económico de Cambiemos, el profesional sostuvo que los resultados que hoy vive el pueblo argentino son a causa de la “inexperiencia del gobierno, ya que generó un mercado financiero a favor de los grandes capitales; y cuyo horizonte político-económico es muy difuso ya que no puede ser considerado liberal ni populista, hoy es un modelo sin rumbo”.

Un contexto adverso

Según el GPS de empresas que reúne datos y estadísticas relacionado al sector; y que es llevado a cabo por el Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación, el 70 por ciento de la actividad industrial/empresarial se concentra en cuatro jurisdicciones: Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y Capital Federal. En contraposición, el Norte Argentino (NOA y NEA) concentra un 11 por ciento, del cual Salta araña apenas el 1,7 por ciento del total de las empresas radicadas en el país. En nuestra provincia cobran notable preponderancia el sector minero y petrolero, ya que el distrito posee un 5,7 por ciento del total del rubro, superando así al turístico/hotelero y curiosamente al sector de la Salud; que les siguen con el 2,8 y el 2,3 respectivamente. Muy atrás quedan los suministros de servicios como la electricidad, donde la provincia sólo representa un 0,8 del total nacional.

Los rubros que cobran importancia en comparación a nivel nacional, están en áreas estratégicamente concentradas por grupos económicos hegemónicos o en capitales internacionales. Grandes ejemplos son la multinacional surcoreana Pohang Iron and Steel Company, quien en 2018 tomó relevancia al anunciar una inversión US$450 millones para la producción de litio en el Salar del Hombre Muerto.

Es claro que de las pocas empresas radicadas en Salta, sólo las pertenecientes a grandes inversionistas son las que toman notoriedad a nivel nacional y por ende los rubros donde las mismas se desempeñan. Las Pequeñas y Medianas Empresas por lo general ven reducido su margen de acción al rubro comercial. Aproximadamente, según las mediciones ministeriales, un 1,8 por ciento del total de PYMEs comerciales que existentes en el país se nuclean en Salta, siendo el cuarto sector empresarial con más vigencia en la provincia.

El sector comercial ha sido uno de los más golpeados por las políticas económicas de Macri. El titular del Sindicato de Comercio de Salta, Ángel Ortiz, indicó tras el último paro que “habrían cerrado 300 negocios en los últimos años por la crisis y se perdieron 500 puestos de trabajo”. Curiosamente la cartera sindical conducida por el radicalismo repudió el paro como una medida de fuerza legítima de reclamo.

Aumento de servicios

Tupac Puggioni, dueño de La Vieja Estación, popular PYME dedicada al comercio y turismo, indicó a este medio que en los últimos años “se observó claramente el traspaso de un sistema de desarrollo del mercado interno a uno de ganancia financiera”. Según Puggioni a todas las políticas de importaciones aplicadas por el gobierno (que puso al sector en una desigual competencia con agentes extranjeros), se les sumó un altísimo incremento de los servicios públicos, que generaron grandes costos no redituables a los ingresos. Esto se consolidó en un “cóctel peligroso” para la economía nacional.

En cuanto al accionar del gobierno provincial Puggioni expresó que hay ausencia de una política PYME ya que, “existen parches a través de programas bajados de nación o generados por la provincia, pero que no concretan una política de fondo”. Nicolas Innamorato coincidiría en este punto ya que en su consideración “no existió una política de estado que favorezca el crecimiento pyme, no como fue el caso de las políticas que buscaron generar un equilibrio fiscal provincial”.

La especulación financiera genera ingresos favorables para los grandes grupos económicos y capitales extranjeros, y un modelo económico de Nación orientado con esta perspectiva tiene como consecuencias el ahogamiento del mercado interno, y por ende, la crisis de las pequeñas y medianas empresas cuyo capital está determinado según la situación de dicho mercado.

La crisis económica que ha generado Cambiemos implica la difícil tarea de reflexionar en un plan programático de gobierno, a largo plazo, que en primera instancia resguarde a las PYMEs sobrevivientes y genere un contexto propicio para que las mismas puedan tener un desarrollo económico, evitando caer en desigualdad competitiva contra externos, y logrando proteger a este segmento del sector privado a fin que pueda generar la mayor cantidad de puestos laborales en regla e incrementar la producción nacional.