Problemas de gestión o saqueo: un informe detectó graves irregularidades en la gestión de la intendencia de Tartagal, en 2014.

La Auditoría General de la Provincia empezó, en los últimos meses, a tener un rol político menos pasivo. Empezaron a publicar duros informes, más vehementes y minuciosos que los de costumbre, contra intendencias opositoras. En este caso, volvieron a cargar contra Sergio Leavy. Pusieron la lupa sobre la gestión de la intendencia de Tartagal, en el año 2014. Lo que encontraron es preocupante.

Los problemas de gestión de las arcas públicas en los municipios del interior son obvios. El caso más estridente es el de Campo Santo, donde a algunos empleados se les abonó mal un ítem por casi dos años y cobraron el doble de lo que debían, el intendente incluido.

Esto muestra que cualquier almacenero o changuito a cargo de un drugstore de 24 horas tienen las cuentas más ordenadas y claras que un intendente del interior de Salta.

Pero que sea un problema generalizado, tampoco quiere decir que sea aceptable: después de todo, Sergio Leavy aspira a ser gobernador y las irregularidades detectadas evidencian la sistematicidad de las anomalías, una sistematicidad que puede tener sólo dos orígenes: el fraude o la negligencia con fondos públicos. En cualquiera de los dos casos, hace evidente los problemas para gestionar de quien este año quiere presentarse como candidato a gobernador, por el Frente para la Victoria.

A los auditores no les queda claro qué pasó con más de 14 millones de pesos. No pueden asegurar que haya habido un robo, tampoco pueden demostrar lo contrario.

La génesis del problema puede ser el siguiente: el municipio utiliza dos sistemas contables en forma paralela, no produce información presupuestaria ni contable en forma confiable de manera que le permita llevar la contabilidad en forma legal y producir los informes financieros y de gestión pertinentes, relacionados al cumplimiento de la normativa vigente para la rendición de cuentas y la toma de decisiones.

“La situación descripta evidencia fallas en los sistemas de Control Interno, que es un proceso de control integrado a las actividades operativas, diseñado para asegurar la salvaguarda de los activos evitando pérdidas por fraude o negligencia; asimismo manifiesta inconsistencia en la información presupuestaria suministrada por el ente auditado”, dice el informe. Y añade: “las situaciones descriptas precedentemente manifiestan inconsistencia, es decir falta de valor lógico en la información contable y presupuestaria suministrada por el ente auditado”.

Esos 14 millones se van conformando en base a “diferencias” en distintos ítems. En el fondo federal solidario nacional, por ejemplo, hay una diferencia de $ 1.451.986,26 entre lo girado por la provincia y lo ejecutado por el municipio.

Los auditores tampoco encontraron registros de las partidas para estas obras: ‘Construcción Cementerio Parque’ y ‘Refacción y Ampliación Dársenas Terminal’. El primero tenía un presupuesto de $354.193, el segundo de $417.805.