Sonaba el pitido final y el grito agónico se iba emergiendo en el pecho. Como en una orgía sin poder llegar al clímax, la Argentina empataba con Perú y el jueves de fiesta se transformó en velorio parco que hoy puede tener el peor o el mejor final . (Agustín Pérez Marcheta)
Este artículo trabaja sobre el paralelismo entre política, economía y fútbol. Entendiendo que hasta las teorías más estructurales funcionalistas hablan de una interrelación entre las partes, tanto la esfera económica como futbolística (deportiva) y política impactan entre sí. Entre el individualismo universalista del neoliberalismo y el círculo virtuoso de consumo del torpe estado de bienestar, este cientista social se pregunta hasta donde somos capaces los argentinos de llegar en pos de nosotros mismos y de nuestros compatriotas??
Economía Futbolera
En términos económico nacionales, la Argentina parece la selección argentina: teniendo grandes posibilidades pero con la cancha embarrada, naufraga y enseguida su futuro en un mar de dudas y de exposiciones personales individualistas y desacertada.
Haciendo uso de la imaginación sociológica de Wright mills podemos decir que el poder ejecutivo nacional se encuentra como el seleccionado Masculino de fútbol: sobrevolado por varias sombras (o grietas futbolísticas como ser la escuela de Bielsa o de Bilardo) la técnica se impone sobre la táctica y la estrategia no se plasma en los pies y pases de los jugadores; no pudiendo concretar las oportunidades de gol q tuvieron.
El jugador olvidado: El mercado interno
Parecen el mercado interno Argentino, deprimido y golpeado por los despidos, la baja de demanda y el aumento de los insumos y servicios. Tiene que recurrir a jugadas de «pelota parada» (día del niño, primos 2×1, 3×2 y descuentos a quien paga en efectivo) busca gamberradas el partido y llegar hasta los 45′, es decir a fin de mes.
Parecen el consumidor argentino, mareado por todas las marcas presentes en el mercado, sin debatirse tanto por nacional o importado, comprando y especulando entre calidad, exclusividad y precio. Las «jugadas» estan calculadas para el desgaste económico mínimo posible: el consumidor hace jueguitos entre el alquiler, los impuestos y la comida. Arañando el repechaje busca clasificarse para el año 2018 (el mundial o la vida misma).
Las vacaciones en el mejor de los casos pega en el palo y nos hacemos una escapada gasolera el fin de semana. En el peor, el sueño de la playa se estrella contra la tribuna y se pierde por las gradas.
El equipo es Messi
Sea como fuere tanto la selección como el país, seguimos en carrera porque a diferencia de lo que piensan millones de argentinos (inclusive Mascarello) no hay que cuidar sólo Messi, sino a todos, porque el equipo es Messi, porque sin todos nosotros los que habitamos el suelo argentino, la economía y la selección argentina no le hacemos un gol a nadie. Y sin equipo el gol no llega. Y en la Argentina donde todos somos Messi el hambre de pan y de gol ya se está haciendo sentir.