El diario La Nación insiste en los múltiples usos que posee el litio, el mineral que abunda en la provincia de Salta. A la ya conocida aplicación en baterías para teléfonos y automóviles, se le suma ahora en grasas y aceites que resisten el calor.
El litio tiene múltiples usos. El de las baterías para teléfonos y automóviles es el que más ha crecido en los últimos años. Pero este mineral tiene otros usos potenciales, entre los que aparecen aplicaciones que ya son conocidas pero que aún no están ampliamente desarrolladas: baterías de alta densidad energética, baterías de gran escala para estabilización y almacenamiento de redes eléctricas, aleaciones de bajo peso y refuerzo de hojas de turbinas.
Según un estudio de la Secretaría de Minería, las baterías representan 39% dentro de la «torta» de usos del litio. Se trata de baterías para teléfonos celulares, computadoras portátiles, herramientas eléctricas y vehículos híbridos o eléctricos. Otras aplicaciones no tan conocidas pero de importancia son las destinadas a hacer más resistentes los vidrios y cerámicas (30%).
Asimismo, el litio se emplea también en grasas y aceites que resisten el calor (8%). También en aleaciones junto a aluminio y cobre para alivianar componentes estructurales de la industria aeronáutica (5%). Además, se emplea en la elaboración de polímeros (5%), en filtros de aire (3%) y otros usos (10%) entre los que se destaca el medicinal, en psicofármacos (como estabilizante del ánimo).
Por otro lado, el litio ha sido considerado un material importante para evaluar el desarrollo de los reactores de fusión nuclear, que aún están en plena etapa de investigación y desarrollo. «En un hipotético reemplazo de la tecnología actual de los reactores nucleares por reactores de fusión, el consumo anual de litio sería bajo (3,6 toneladas anuales de litio en una planta de 1 GW). Sumando el total de plantas mundiales ante este hipotético reemplazo, éstas consumirían alrededor de 10.000 toneladas de litio por año», se lee en el informe de la Secretaría de Minería.
A diferencia de lo que ocurre con otros metales y commodities, el del litio es un mercado joven en el que participan pocos actores, por lo que aún no cuenta con una cotización en el mercado bursátil. Por otra parte, se comercializa en múltiples formas con diferente grado de contenido: concentrado de espodumeno; concentrado de espodumeno clase vidrio; carbonatos, óxidos, idróxidos y cloruros de litio, entre otros.
El porcentaje de litio contenido en estos derivados puede oscilar desde el 1,5% (en rocas duras) hasta más de 45% (en el óxido de litio). Los precios se referencian sobre la base de los contratos de compraventa y los que surgen de la exportación e importación. El precio de referencia en el mercado es el de la tonelada de carbonato de litio equivalente (LCE).
Los precios del litio han escalado especialmente en el último año y medio, promediando en 2016 los US$ 7475 por tonelada de LCE y superando en la segunda parte del año los US$ 9000. La demanda fue impulsada por el mercado de baterías, fundamentalmente por el auge de autos híbridos y eléctricos.
Fuente: La Nación