29 de Marzo de 1814: Combate del Tuscal de Velarde

 

Martín Miguel Güemes Arruabarrena

 

El Combate del Tuscal de Velarde es un hecho de armas librado por Güemes y sus gauchos, digno de repensar, de recrear, en este tiempo histórico. Si el pasado es materia de estudio para académicos, la historia es fundamental para los pueblos. La diferencia está dada por que una está muerta, de allí la posibilidad de pensarla, de investigarla; y la otra está viva, por eso es posible sentirla, recrearla imaginativamente con el corazón. De allí, que los historiadores tengan que portar alma de poetas, y vocación de científicos. Los pueblos necesitan predicadores.

El relato del enfrentamiento de patriotas y realistas, fue realizado magistralmente por don Bernardo Frías, el más importante historiador salteño. En su magnífica obra: “Historia del General Martín Güemes y de la Provincia de Salta o sea de la Independencia Argentina”; en su capítulo XX La Segunda Invasión. Llamada de los Cuicos, describe el paisaje circundante, representa los protagonistas principales (entre quienes sobresalen, están Pachi Gorriti y el mulato Panana), la astucia militar desplegada por Güemes (destacamos el cambio de planes, realizado sobre la marcha), y también nos cuenta – Frías–sobre el audaz Comandante Castro , quien fuera la primera lanza del Ejército Realista, causante principal de las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma, y de haber perseguido tenazmente a Dorrego en las Lomas de San Lorenzo, en ese mismo año 1814. Castro escapo milagrosamente de ser apresado o muerto, en el campo de Velarde, ante la furiosa carga que llevó adelante sobre su persona el Pachi Gorriti, primera lanza de las caballerías gauchas.

Señala bien Frías, en su comentario final: fue la primera vez que reconocieron a Güemes, desde el Gobierno Central; en Suipacha (7 de Noviembre de 1810) fue borrado del Parte de la batalla (por Castelli), a pesar de haber sido quien comando la Vanguardia patriota que derrotó a la Vanguardia realista, en esa primera victoria de las armas de la revolución de Mayo.

San Martín fue quien se encargó de otorgarle el ascenso a Teniente Coronel, y el cargo de Comandante de la Vanguardia del Ejército Auxiliar del Perú. Resalto este hecho, pues será San Martín, el mayor estratega militar de las historia suramericana, quien confiará a Güemes los cargos más importantes, a los fines de que su original táctica guerrera, pueda lucirse en el campo de las luchas por la libertad e independencia. De comandante de la Vanguardia del Ejército Auxiliar del Alto Perú (en 1814), a General en Jefe de la Vanguardia del Ejército de Observación sobre el Perú (en 1820). Esta última misión, la soledad de su lucha, lo llevo a Morir por la Patria Grande.

El parte de guerra enviado por Güemes a San Martín, escrito ese mismo día, en medio del polvo en suspensión despegado por la carga de las caballerías gauchas, entre el humo de la pólvora realista que todavía flotaba en el ambiente, nos sitúa en el centro del combate; el parte de San Martín al Director Supremo Posadas, refleja la alegría del Gran Capitán, ante la derrota del perjuro Castro (apodo que mereció, después de haber traicionado el juramento librado ante la capitulación del ejercito realista, en la batalla de Salta), y por fin, el parte del Directorio a San Martín, nos revela la confianza que despierta el Santo de la Espada, ante la sucesión de victorias que protagonizan los Comandantes Burela, Saravia, Zavala, Güemes, al frente de los paisanos, en ese mes de Marzo de 1814. Por la importancia de los mismos, y por la claridad expositiva de los protagonistas, van estas páginas gloriosas de nuestra patria. La historia comenzaba a escribirse con sangre, en nuestra tierra salteña.

Parte de Güemes a San Martín sobre el “ataque a la Brusca”

“Señor General don José de San Martín El lunes al alba bajé la cuesta de la Pedrera; en el pie de ella tuve una guerrilla corta con una partida enemiga de un sargento y doce soldados: les tomé al sargento herido y un soldado. Inmediatamente seguí mi marcha con el objeto que en mi anterior oficio dije a vuestra señoría mandando mis bomberos por delante. Hoy a las dos de la mañana volvieron con la noticia que se habían ido a Salta; y que allí se hallaban reunidos. En el momento mandé al valiente Sargento Panana a torearlos; a las nueve salió Castro con una división de ochenta hombres hasta el Tuscal de Velarde, que dista una legua de Salta; hice los mayores esfuerzos a fin de que se llegasen al Río Segundo, en donde tenía emboscada mi gente. En el momento los derrotamos, corriéndolos hasta la banda del Río de Arias. Castro se escapó de entre las manos del valeroso capitán Gorriti (José Francisco, conocido como Pachi). Han quedado en el campo, el teniente de caballería don Gabriel Poveda y treinta y tantos muertos, y sólo cuatro prisioneros se pudieron librar, pues fue imposible contener a mi gente, en la que no ha habido la menor desgracia; se han tomado veintidós fusiles (y cada momento se están encontrando en el monte), y ocho sables y algunas cananas. Le hemos quitado muchas mulas y caballos. Yo quedo acampado en este punto, esperando al nombrado Castro. No tengo expresiones cómo ponderar a vuestra señoría el valor con que se han portado los oficiales y tropas de campesinos (“campesinos” entre líneas, testado “gauchos”)

Campamento del Campo de Velarde y 29 de marzo de 1814 (Martín Güemes)”

Oficio de San Martín al Director sobre el ataque “a la Brusca”

“Excelentísimo Supremo Director del Estado

El plausible resultado del ataque a la brusca, que emprendió el valeroso teniente coronel don Martín Güemes el 29 del próximo pasado a distancia de una legua de la ciudad de Salta con los paisanos (“paisanos” sobrepuesto a “gauchos”) y un poco gente de armas de la avanzada de su cargo contra una gruesa partida enemiga de ochenta hombres al mando del perjuro Coronel don Juan Saturno Castro, me obliga a despachar por alcance a las superiores manos de vuestra excelencia la copia del parte que acabo de recibir. Es imponderable la intrepidez y entusiasmo con que se arroja el paisanaje sobre las partidas enemigas, sin temor del fuego de fusilería que ellas hacen. Tengo de esto repetidos testimonios, y lo comunico a vuestra excelencia para su satisfacción.

Dios guarde a vuestra excelencia muchos años.

Tucumán y 1 de abril de 1814 (José de San Martín)

Respuesta del Gobierno Central a San Martín “Señor General en Jefe del Ejército Auxiliar del Perú Tengo la satisfacción de comunicar a vuestra señoría que el Supremo Director del Estado ha visto con singular contento, el parte en copia que acompaña el oficio Nº 89, en que el benemérito teniente coronel don Martín Güemes, da cuenta del plausible ataque a la brusca que ganó a los enemigos en las inmediaciones de Salta.

Complacido su excelencia de los felices resultados con que bajo la sabia dirección de vuestra señoría progresivamente revive el esplendor de las armas del Estado, y entusiasmo de esos habitantes, quiere que a su nombre les haga la más expresiva demostración del alto grado que le merece la generosa intrepidez que anima su celo patriótico en todas circunstancias, y más particularmente al frente del enemigo, teniendo en consideración los importantes activos afanes de vuestra señoría en obsequio del sagrado encargo que tan dignamente ha depositado la patria en sus altos conocimientos.

Dios guarde, al Señor General en Jefe, Buenos Aires, 10 de Abril de 1814 (Gervasio Posadas).

Hasta aquí, sus protagonistas principales; los citados documentos obran en el Archivo General de la Nación, transcriptos en la obra: “Güemes Documentado”, tomo II, del Dr. Luis Güemes Ramos Mexía. Esta última obra, es junto al monumental trabajo histórico de Frías, las columnas que sostienen el pedestal del Monumento al General Güemes, y a la Epopeya de la Guerra de Milicias Gauchas. Que nuestro pueblo, y nuestra patria, quieran salvarlos del olvido.