Arrancó en Tucumán el juicio por el crimen de Paulina Lebbos. Alberto Lebbos, el padre de la víctima, sostuvo desde un primer momento que detrás del crimen de su hija se esconde alguien vinculado al poder político. 

Casi 12 años después, arranca hoy en esta provincia el histórico juicio oral por el asesinato de Paulina Lebbos, que tendrá a cuatro ex funcionarios durante el gobierno de José Alperovich sentados en el banquillo de los acusados. Ellos son el ex secretario de Seguridad, Eduardo Di Lella, el ex jefe de Policía, Hugo Sánchez, el ex subjefe de la fuerza, Nicolás Barrera y el ex subjefe de la Regional Norte de la Policía, Héctor Rubén Brito, quienes junto al policía retirado Hugo Waldino Rodríguez están acusados por el encubrimiento agravado del crimen. El otro imputado es Roberto Luis Gómez, el único que estuvo preso con prisión preventiva y que está acusado de ser el autor material del asesinato de la joven estudiante de Comunicación.

Las audiencias, que tendrán lugar el en salón de actos de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán , se extenderán durante al menos seis meses, según estimaciones del tribunal que se encargará de llevar adelante el juicio y que integran los camaristas Dante Ibáñez, Carlos Caramuti y Rafael Macoritto. Debido a las características del debate, se dispuso que la seguridad esté a cargo de fuerzas federales.

Alberto Lebbos, el padre de la víctima, sostuvo desde un primer momento que detrás del crimen de su hija se esconde alguien vinculado al poder político de Tucumán. «Espero que los acusados digan a quién o a quiénes estuvieron encubriendo todos estos años. Que digan la verdad», expuso el papá de Paulina. Y recordó que los cuatro ex funcionarios que hoy comienzan a ser juzgados «fueron protegidos por el gobierno de Alperovich, porque los promovió, los sostuvo en sus cargos y, cuando dejaron la función pública, los siguió contratando en el Estado».

Para acompañar a Alberto Lebbos en el inicio del debate oral, llegaron a la capital tucumana referentes nacionales de la lucha contra la impunidad, como María Luján Rey, madre de Lucas Menghini, una de las víctimas de la tragedia de Once; Matías Bagnato, el único sobreviviente de la conocida «Masacre de Flores»; y Viviam Perrone e Isabel Yaconis, de la Asociación Madres del Dolor.

Durante el debate, serán presentados más de 260 testigos, entre ellos el propio Alperovich, quien escudado en sus fueros parlamentarios fue autorizado a responder por escrito las preguntas de los magistrados. El mismo privilegio tendrán a la hora de testificar el titular del ministerio Público Fiscal, Edmundo Jiménez y los fiscales Alejandro Noguera y Adriana Reynoso Cuello. También serán citados como testigos la ex senadora Beatriz Rojkés, la esposa de Alperovich, y el hijo mayor del matrimonio, Gabriel Alperovich, quien fue vinculado al crimen, aunque la justicia lo sobreseyó en la causa por encubrimiento y no será juzgado en el proceso que arrancó hoy. Idéntica es la situación de Sergio Kaleñuk, hijo del ex secretario privado de Alperovich, Carlos Kaleñuk. Semanas antes del inicio del juicio, el tribunal pidió que otro de los hijos de Alperovich, Daniel, sea sometido a un estudio de ADN para cotejar esas muestras con los restos biológicos encontrados en el cuerpo de Paulina.

También figuran en la lista de testigos Virginia Mercado, la amiga con la que Paulina Lebbos había salido a bailar la noche en la que desapareció; César Soto, la ex pareja de la víctima y Gustavo «El Gordo» González, líder de la barrabrava de Atlético Tucumán.

Un crimen impune
Paulina Lebbos tenía 23 años y una hija cinco cuando desapareció, el 26 de febrero de 2006, a la salida de un boliche de San Miguel de Tucumán . Su cadáver fue encontrado 13 días después al costado de la ruta 341, cerca de la localidad de Tapia, a 30 kilómetros de la capital provincial. El cuerpo tenía rasgos de estrangulamiento, quemaduras de cigarrillo y estaba en un avanzado estado de descomposición. La Justicia confirmó que la escena del crimen fue adulterada, al igual que las actas policiales donde se informaba del hallazgo del cuerpo de la joven. Por ese último hecho fueron condenados en 2013 los policías Enrique García y Manuel Yapura

La causa por el crimen de Paulina estuvo paralizada durante años, mientras el caso estuvo en manos del ex fiscal Carlos Albaca, quien también será enjuiciado el año próximo por el encubrimiento del hecho.

La investigación recién comenzó a avanzar a partir de 2013, cuando se hizo cargo de la investigación el fiscal Diego López Ávila. Si la causa no era elevada a juicio oral en febrero de 2018, iba a proscribir.

Di Lella, Sánchez, Barrera, Brito y Rodríguez fueron procesados por los delitos de encubrimiento, abuso de autoridad y coacción, por considerar que participaron de un plan que tenía como fin ocultar detalles referidos al hallazgo del cadáver y sobre la investigación llevada adelante por la Policía tras la desaparición de la joven. Gómez, por su parte, fue acusado como autor material del crimen y quedó complicado en la causa debido a que se constató que utilizó el teléfono celular.

 

Eduardo Di Lella Fuente: LA NACION