Los plácemes del saenzismo para con el tartagalense en el marco de un acto público estimularon el nervio político local. Pero para sortear la grieta, el legislador deberá enfrentar su propia historia de camaleonismo, negocios y crecimiento patrimonial exacerbado.

«Necesitamos diputados nacionales como el amigo Andrés (Zottos) que me pregunta: Qué necesita Salta. No qué necesita Macri, Alberto o Cristina. Sino qué necesita Salta. Cuando dejemos los sentidos de pertenencia la provincia y el país saldrán adelante». De esta forma, el gobernador Gustavo Sáenz se refería al legislador nacional tartagalense en el marco de la entrega de viviendas a familias de El Jardín.

De esta forma, también, anticipaba los movimientos del espacio que lidera de cara a la elección de medio término, donde buscarán renovar escaños a ambos lados de la grieta. Y esto puede deducirse del hecho que el mandatario carece hoy de fundamentos objetivos para apuntar al congreso, dado que las municiones, más bien parecen llegar desde el plano local.

No obstante, la lógica reacción de los aludidos se expresó como era previsible. Desde el macrismo doméstico enfatizaron en el colaboracionismo del «griego» con proyectos del kirchnerismo duro; mientras que desde el Frente de Todos apelaron al vínculo con Nación para apuntar a Sáenz y erosionar los incipientes lazos con el albertismo. Y es que la figura del ex-renovador, en el marco de una compulsa que impondrá debates de carácter estrictamente nacional, podría sumar otro elemento a la coyuntura: los herederos del urtubeicismo residual.

Sin muchas dificultades para explicar los barquinazos de la política y alejado del padrinazgo «U», Zottos encontraría en el cobijo oficial la última chance de esquivar el ostracismo. En el búnker de calle Rivadavia no lo pueden ni ver y en el partido que preside Outes, no son pocos los muchachos que se preparan para ofrecer resistencia. A nivel nacional el macrismo ya bajó barreras y en el Frente de Todos local, hoy preponderantemente cristinista, no le invitarían ni un café. Para colmo la pandemia echó por tierra su única herramienta de despliegue territorial conocida hasta la fecha: las procesiones.

Así y todo, el porvenir del tartagalense parece atado a los enlaces que pueda tejer por debajo de la mesa, ya que en la vitrina de logros legislativos o de gestión no puede colgar ni el llavero. Salvando la puesta en escena de El Jardín, la última vez que el «griego» fue invocado por los titulares de los matutinos fue para recordarle su cómodo liderazgo en el ránking de diputados salteños más acaudalados. Y no es para menos. Entre 2017 y 2019 su patrimonio creció un 120%, pasando de $19.295.161 a $42.580.129 de acuerdo a su última declaración jurada. Lo que demuestra que, incluso en la mediocridad representativa, se puede triunfar en lo personal.

En palabras de la diputada provincial por San Martín Gladys Paredes, Zottos «no compró ni un clavo para Tartagal» durante la pandemia. Y precisamente fue en ese municipio donde apelotonó buena parte de su fortuna. El inventario de activos presentado ante la oficina anticorrupción a comienzos de mes da cuenta de una cifra que lo ubica en el puesto número 13, de 257 legisladores nacionales; pero con una pequeña salvedad que vale la pena hacer: Los importes correspondientes a cada bien declarado están expresados en pesos argentinos al momento de su compra, es decir, a valores no actualizados. De allí que, por ejemplo, entre los bienes inmuebles declarados figure una casa de 716 metros cuadrados adquirida en 1996 con un valor de $106.369,97. Una correcta actualización de precios, de acuerdo a la divisa norteamericana, llevaría ese monto a $8.296.000,00 sin descontar amortizaciones. Lo mismo ocurre con la mayoría de los bienes declarados.

 

Casas, departamentos y terrenos

 

En el ítem «inmuebles en el país» están asentadas 22 propiedades, de las cuales 5 son departamentos, 8 son casas y uno es un local comercial. También figura un terreno de 482 metros cuadrados y varias nominadas como «otros inmuebles». Las propiedades están distribuidas entre Salta Capital, Tartagal, Coronel Moldes y Ciudad de Buenos Aires.

El primer departamento asentado en la declaración jurada fue adquirido en noviembre de 1994, tiene 90 metros cuadrados y está ubicado en Tartagal. El impacto patrimonial de ese inmueble a fines del período 2019 es, según el legislador, de $16.091. La última adquisición, en tanto, corresponde a octubre de 2019 y se trata de 12 metros cuadrados por los que pagó $782.741,64.

 

Lanchas, coches, camionetas

 

En el rubro automotores, Zottos también hace gala de la contabilidad creativa. Tres camionetas y dos autos de alta gama integran su colección de rodados, a los que se suman dos motos de agua y una lancha SIRENA 185 marca Suzuki modelo 2011. Por un Mercedes Benz CLS 63 AMG modelo 2014, Zottos declaro $6 millones, aunque el precio de mercado -tomando el dólar oficial- alcanza al día de hoy los $9,2 millones. Por un Mercedes Benz GLE 400 4MATIC modelo 2017 declaró $5.486.000,00; aunque por estos días ese monto ronda los $6,7 millones.

A la lista la completan una Toyota LAND CRUISER PRADO VX A T ($1.844.600,00), una Toyota HILUX SRV TDI 4X2 ($795.200,00), una RAM 1500 5.7 V8 LARAMIE 4X4 ($2.040.000,00), una lancha Suzuki por el increíble valor de$80.000,00 y dos motos de agua por $142.000,00 y $435.000,00.

 

Comprar, vender, declarar, evadir…

 

Lo que escapa a cualquier declaración de bienes, sin embargo, son las formas y los mecanismos a través de los cuales se acrecienta un patrimonio. Entre 1996 y 2008, Zottos adquirió 5 propiedades contiguas de idéntica extensión al pie del cerro San Bernardo, cada una de ellas de 716 metros cuadrados. Las casas están escrituradas casi al valor fiscal, lo que constituye abiertamente un delito; ya que los escribanos, en tanto agentes de retención, deben exigir operaciones por el valor real. Es así que, en una de las zonas más top de la ciudad, el legislador adquirió los catastros 51390 y 51391 por $30 mil y $40 mil respectivamente.

En 2009, a través de la firma Tartagal Combustibles SA que integra junto a su hermano Miguel Zottos, adquirieron el Hotel Boutique «Chateau del cerro» a un matrimonio boliviano. El valor de la operación era de US$860.125, que debían ser abonados en diez cuotas previa entrega de $150.000. A ello había que agregarle el fondo de comercio, por US$ 30.000, suma que no se canceló jamás. El hecho salió a la luz luego de que una turista porteña denunciara que en una de las paredes del hotel habían colgado una piel de yaguareté, especie protegida por encontrarse en peligro de extinción. Para el año 2011, cuando el caso llega a la justicia, el monto de la deuda orillaba el millón de dólares con todas las moratorias e impuestos correspondientes. Hartos del incumplimiento de la familia Zottos, los expropietarios abandonaron el país.

El 12 de noviembre de 2.016, Cuarto Poder denunció en una investigación que llevó el título «Las Torres de Tartagal», un negociado inmobiliario que vinculaba al actual diputado nacional con el «empresario» Matías De Simone por la obra inconclusa de departamentos que debieron haber sido entregado tres años antes.

Tras hacerse público el caso, el compromiso fue terminar la obra en julio, aunque los compradores siguen sin acceder al bien por el que pagaron $551 mil en aquel entonces.