Los últimos hechos de inseguridad que sucedieron en la ciudad de Salta sacó a la luz problemáticas sociales que afectan a la vida en sociedad. Los ciudadanos pusieron como causantes de la violencia e inseguridad a  los ciudadanos extranjeros provenientes de países como Colombia, Bolivia y Paraguay. Se asocia la palabra inmigrante “ilegal” con inseguridad y peligrosidad. (Guadalupe Macedo)

A pesar que parece un problema que no está presente en la provincia o lo vemos lejanos en otros estados, la fobia y el rechazo al migrante está muy latente en Salta. Existe culturalmente una construcción social donde se piensa al extranjero como peligroso. Según el análisis del titular del INADI Gustavo Farquharson en un articulo en la revista Inclusive, en la pandemia en la provincia de Salta se incrementaron las situaciones de Xenofobia y discriminación.

En el NOA el 58% de la población discrimina a las personas provenientes de países Latinoamericanos y afrodescendientes, negándose trabajo, excluyéndolas y marginándolas de la sociedad, se le niega el acceso a instituciones como la escuela, la policía y los hospitales. Pero el lugar en donde más se hace presente es en los lugares públicos en donde son agredidos física, verbal y psicológicamente.

Anteriormente, según el análisis del titular del INADI, ya existían dos grandes causas de xenofobia en la provincia, por un lado, se señala al extranjero como una amenaza al trabajo de los ciudadanos de la provincia y por el otro como una amenaza a los accesos a los servicios y derechos por parte de los ciudadanos. Las causas de este fenómeno son la creación del imaginario social de queacaparan los recursos del estado. Según el análisis de Farquharson la pandemia potenció estos miedos y se “asoció la potencialidad del contagio con el extranjero”.

Como señala el Mapa Nacional de la Discriminación “en Salta un 13 % de la población se reconoce como migrante o hijo/a de migrantes y el 90 % de este grupo dice haber experimentado discriminación”. La xenofobia en la provincia de Salta es vivida por miles de personas a diario y se agravan cuando son mujeres y si provienen de países como Bolivia y Colombia. Por estas cuestiones muchas personas viven diariamente situaciones de violencia que llevan a conformar una vida marginal.

La xenofobia se ve reflejada hacia los migrantes provenientes de Colombia, Paraguay, Senegal y Bolivia porque son considerados países de bajo estatus y baja cultura. Se considera a estas personas como peligrosas y de baja educación, muchas veces como ciudadanos de «segunda» negándole el acceso a derechos humanos. En cambio, las personas que provienen de otros países, principalmente de los países europeos, son bien recibidas porque se considera que viene a traer mejoras al país, en cambio el primer grupo viene a usurpar los recursos del estado y traer violencia al lugar.

En este sentido existen discursos de odio, donde se considera al migrante como quien viene a quitar el trabajo. Existen en Salta relatos donde se rechaza a las personas provenientes de Bolivia. Pero existe una contradicción, ya que se los busca por parte de los grandes empresarios por su mano de obra precarizada porque se los concibe como un trabajador subalternizado y se paga por su trabajo un precio inferior.

Como afirma Soraya Ataide investigadora del Conicet del ICSOH de la Universidad Nacional de Salta, «se asigna a los bolivianos atributos respecto de sus cuerpos, caracterizados como resistentes, porque son capaces de soportar el trabajo duro que requiere el cultivo de hortalizas, pero también de tabaco. Asimismo, se les asigna la condición de “sumisos” y “sacrificados”, explicando la preferencia de estos trabajadores en comparación con los nacionales. Inclusive, en algunos casos, estos estereotipos son reproducidos por los mismos inmigrantes». Esta manera de discriminación y de violacion a los derechos humanos se presenta en varios ámbitos de trabajo en la provincia.

En el NOA, la discriminación se da en gran medida por el nivel socio- económico existiendo una amplia brecha entre los lugares en donde pueden acceder las personas.. Los migrantes son sinónimo de “sucio”, “incultos”, “coyas” y se los dicen a las personas que provienen de países limítrofes como Bolivia y Colombia. Se menosprecia y denigra a estas personas creando en el imaginario social la idea que son personas inferiores por lo que les corresponde los peores trabajos y mal pagos, y se relaciona su presencia con los males de la sociedad con dichos como “vienen a la Argentina a cobrar la asignación”. El 27% del NOA afirma que preferiría vivir lejos de Bolivianos.

La xenofobia en el estado

Según el análisis realizado por Ataide, existe grandes niveles de discriminación y xenofobia por parte de los agentes del estado que inciden en los accesos de derechos sociales. Según las entrevistas realizadas a mujeres provenientes del estado boliviano, «varias de las mujeres que entrevistamos complementaban el ingreso familiar con la AUH  y la Tarjeta Social Alimentaria. En una ocasión, una mujer madre de seis hijas relató su experiencia al extraviar la Tarjeta Social Alimentaria. Cuando intentó iniciar nuevamente el trámite para obtenerla, la respuesta de una agente del Estado fue: “¡Si ya la perdiste, ya está! ¿Por qué no te vas a tu país? ¿Cuántos hijos tenés?”. Ante el rechazo, la mujer no insistió con el trámite. La experiencia de racismo limitó su accionar, dejándola sin un beneficio al cual podría acceder por el hecho de ser una trabajadora precarizada con hijas a su cargo; es decir, por encontrarse en una situación de vulnerabilidad social».

En el norte del país según en segunda edición del mapa de la discriminación elaborado por INADI, en los lugares en donde las personas son discriminadas es en las escuelas y en las comisarías, este nivel de discriminación asciende a medida que la persona pertenezca a clases sociales bajas. Las dos instituciones generan a través de sus prácticas expulsión hacia las personas “diferentes” por su color de piel y su lugar de origen. Son los lugares en donde se promueven estas prácticas discriminatorias a través de la propagación de estereotipos que crean en el imaginario social de la sociedad salteña».