Después del feriado por el Día del Trabajador, se prevé que los precios de la nafta y el gasoil aumenten al menos un 8%. El Gobierno tiene la intención de implementar la actualización planificada en el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) a partir del jueves, la cual será trasladada a las estaciones de servicio por las principales petroleras: YPF, Shell, Axion y Puma Energy. Este aumento podría verse complementado por una devaluación mensual del 2% y el ajuste gradual hacia los valores internacionales que están llevando a cabo las empresas del sector.
De acuerdo con información proveniente de fuentes oficiales, se espera que el Gobierno publique en los próximos días la actualización del tributo. Existe la posibilidad de que se divida en dos partes para evitar añadir más presión al Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC de ese mes. Una vez resueltos los traslados pendientes del 2023, se analizará la posibilidad de postergar nuevas subas en el tributo, decisión que dependerá de la evolución del indicador en abril y mayo.
Según los cálculos realizados por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el impuesto a los combustibles aumentaría de $132 a $202 por litro, lo que representa un incremento del 53%. Sin embargo, como se mencionó, este aumento no se reflejaría automáticamente en el precio final de los combustibles. En palabras del IARAF: «Considerando el precio actual de un litro de nafta súper, esta actualización del tributo (bajo el supuesto de traslado completo) implicaría un aumento del 8,3%, elevando el costo de $837 a $907 en la Ciudad de Buenos Aires».
Por otro lado, la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), que representa a las estaciones de servicio, ofreció estimaciones ligeramente diferentes. Según su gerente, Guillermo Lego, el aumento previsto para la nafta súper sería del 7,3%, para la nafta premium del 5,98% y para el gasoil, del 4,7%.