El 1° de diciembre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Acción contra el VIH/Sida, fecha en la que se busca concientizar e informar sobre los avances en los desarrollos que tienen como objetivo ya sea erradicar la enfermedad o facilitar y extender la esperanza vida de los portadores del virus.

El 29,9% de los nuevos diagnósticos sigue llegando en forma tardía aunque la tasa de mortalidad disminuyó por quinto año consecutivo, según detalla el Boletín Respuesta al VIH y las ITS en la Argentina, que constituye el informe 38° elaborado por la Dirección de Respuesta al VIH, ITS, Hepatitis Virales y Tuberculosis de la cartera sanitaria.

Así, durante 2019 la tasa de VIH para ambos sexos se ubicó en 10,7 por 100 mil habitantes: 15,2 para los varones y 6,2 para las mujeres.

Según lo informado por la cartera de Carla Vizzotti, se estima que unos 140.000 argentinos tienen VIH y que un 65% de ellos se atienden de forma directa en el sistema público de salud, con unos 65.000 de ellos recibiendo tratamiento antirretroviral al momento.

En promedio se notifican 4500 casos por año en el país, siendo los 30 a 35 años la edad promedio de contagio y los varones cis -cuya identidad de género coincide con su fenotipo sexual- son los más afectados con un 69,5% del total, lo que contrasta con un 29% de diagnósticos en mujeres cis y un 1% en mujeres trans. Así, cada 2,4 varones cis notificados con VIH existe una mujer cis con el virus.

El dato que preocupa es que tan solo un 83% de los infectados conoce su diagnóstico mientras que un 17% permanece ignorante de su condición: este punto es especialmente importante porque la transmisión del VIH es prevenible a través de la utilización de preservativos al mantener relaciones sexuales y de tratamientos médicos que hacen al virus indetectable.

En el marco del día mundial de respuesta al VIH-Sida, desde el programa de enfermedades transmisibles del Ministerio de Salud en Salta se indicó que hay 354 personas con diagnóstico positivo este año, de esta cifra los hombres duplican a las mujeres. Además, en el rango de 20 a 29 años se dio la mayor cantidad de diagnósticos. Se destacó la importancia del uso de preservativo y el tratamiento con la medicación retroviral para bajar la incidencia de casos.

La tasa general de mortalidad por Sida es actualmente del 2,81% en Argentina y «continúa con tendencia al descenso». Además, casi un 30% de los diagnosticados descubren que portan el virus en un etapa avanzada de la infección: el 31,1% son varones cis, el 27,2% son mujeres cis y el 25% son mujeres trans.

El Ministerio de Salud de la Nación difundió los datos completos del último Boletín anual de VIH, Sida e ITS realizado en la Argentina, análisis que sigue el desarrollo de la enfermedad en el país y establece un marco de información que luego será utilizado para la construcción de políticas públicas sanitarias.

Situación de las infecciones de transmisión sexual en la Argentina

Cada día, más de un millón de personas contraen una infección de trasmisión sexual (ITS) en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Argentina, además de la sífilis el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud registra otros eventos de transmisión sexual que también tienen una fuerte carga de morbilidad y secuelas para adolescentes, adultos y adultas. Las ITS pueden producir infertilidad, embarazo ectópico o infecciones perinatales, entre otras consecuencias.

Argentina presenta una tendencia en aumento de ITS, en que los más afectados son adolescentes y jóvenes. Es clave sensibilizar a equipos de salud para mejorar el acceso de todas las personas, pero priorizando adolescentes y poblaciones vulnerables socioeconómicamente y que así puedan disponer de servicios de salud accesibles y de calidad, para la prevención y atención de ITS, con enfoque de derechos, equidad de género y diversidad.  Es fundamental la plena implementación de la ley de Educación Sexual
Integral para decidir y promover conductas de autocuidado y respeto hacia otros cuerpos, pleno acceso a medidas preventivas, como el uso de preservativos y tener una sexualidad libre de embarazos forzosos e ITS.

En la Argentina la vigilancia epidemiológica del VIH de primera generación está enfocada
en el análisis de la evolución de los diagnósticos de infección, en caracterizar el perfil de esas personas y, por otro lado, en la mortalidad por sida. En el primer caso, se utiliza como fuente el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS 2.0), gestionado por la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud y, para las defunciones, se recurre a los registros de estadísticas vitales que procesa la Dirección de Estadística e Información en Salud del mismo ministerio (DEIS).
Son tres los eventos de VIH que se vigilan de manera sistemática: nuevos casos de VIH, embarazos de gestantes con VIH y niños y niñas expuestos al VIH por vía perinatal. Estos dos últimos son analizados en el artículo sobre la transmisión materno-infantil del VIH.

Hasta el primer trimestre de 2018, los casos de VIH confirmados eran notificados mediante una ficha de investigación epidemiológica completada por profesionales que hacían el
acompañamiento médico a las personas con VIH vinculadas con un servicio de salud. Esa
ficha recorría un circuito que finalizaba con su carga en la Dirección de Respuesta al VIH,
ITS, Hepatitis Virales y TB (DRVIHVyT), en una base de datos centralizada independiente
del SNVS. Luego de un largo y complejo proceso, a partir de abril de 2018, se migró esa
información al SNVS 2.0, de modo que quedó integrada con el resto de los eventos de salud de notificación obligatoria.

El cambio en la notificación no sólo reduce drásticamente el tiempo entre la ocurrencia
del diagnóstico de VIH y su reporte al sistema de información, con la consiguiente disponibilidad de datos para la gestión cotidiana de servicios y la toma de decisiones de los actores de todos los niveles, sino que elimina las múltiples bases de datos con información a veces discordante. Ahora, las jurisdicciones disponen de manera inmediata de sus
propios datos sin necesidad de pedírselos al Ministerio de Salud de la Nación o de esperar a que sean publicados en un boletín epidemiológico nacional. Además, permite integrar información sobre los mismos casos producida por diferentes actores del sistema de
salud, médicos y laboratorios.