La idea de cámaras por todas partes parece haber generado una adicción en los salteños, porque ahora los concejales tratan la posibilidad de que todo predio destinado a la juerga tenga un sistema de monitoreo constante, caso contrario deberá cerrar.
Cámaras en el banco, cámaras en los negocios, cámaras en la calle y, no contentos con esto, ahora se propone la colocación de cámaras en todos los lugares destinados a la joda, y cuando decimos todos nos referimos a TODOS. Al menos eso es lo que puede inferirse luego de conocer el proyecto que ahora es tratado en la sesión del concejo deliberante salteño. El mismo insta a los dueños de los locales cerrados o al aire libre, bailables, confiterías bailables, salones de fiesta, peñas, pub, bares y restaurantes con anexo baile y espectáculos, y demás locales donde se desarrollen en forma habitual, periódica y/o regular actividades nocturnas, como actividad principal, accesoria o conexa, de acceso público, con o sin entrada libre y gratuita, con reproducción de música, interpretaciones musicales en vivo o similares a colocar un sistema de vigilancia que comprenda por lo menos los siguientes sectores: barras, pistas de baile en todos sus niveles y accesos a baños, en cuanto a la parte interna; para la parte externa al lugar las cámaras deberán poner el ojo en la zona de entrada y salida, sin dejar puntos ciegos, no importa la cantidad de aparatos que se necesiten, los locales que no cumplan con estas características vigilantes no podrán funcionar, según la ley, pero siempre hay algunas excepciones, sino pensemos en las antes famosas salidas de emergencia.
Además de las cámaras se instará a colocar detectores de metales en todos los accesos a los boliches, además de un mecanismo de control de emisiones sonoras. Toda esta estructura será monitoreada por el Gran Hermano, que en este caso vendría a ser el Centro de Monitoreo Municipal, a donde irán a parar todos los registros, tanto fílmicos como sonoros en caso de que sean requeridos por cualquier percance.
Según el proyecto, una vez publicada la norma en el boletín oficial, los locales gozarán de un plazo de 60 días para poner a punto sus instalaciones, caso contrario deberán cerrarlas. Esto quiere decir que, suponiendo se aprueben todas estas condiciones y se haga cumplir lo establecido como debe ser, de sancionarse en los siguientes meses la norma, en el 2014 la cantidad de lugares para ir de joda se vería reducida a un porcentaje mínimo y los salteños deberán optar por el clásico asadito en casa, un buen mp3 con los éxitos del recuerdo y e bailongo en familia.