Los restos de Alan García eran velados hoy en la sede de su partido Aprista en Lima en un homenaje que se extenderá hasta mañana, luego de que el ex presidente peruano pusiera fin a su vida al dispararse un tiro cuando iba a ser detenido por una causa de corrupción.

El gobierno decretó tres días de duelo nacional, hasta mañana, pero la familia del ex presidente rechazó todos los honores oficiales, por lo que no tendrá el funeral que le hubiese correspondido como ex jefe de Estado.

García, de 69 años, se disparó en la sien cuando un fiscal llegó ayer a su casa de Lima con una orden de detención preliminar, a raíz de las investigaciones en su contra por presunto lavado de dinero y recepción de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.

Los agentes que tenían que detenerlo procedieron a evacuarlo a un hospital donde los médicos de turno intentaron salvarle la vida, pero la herida en la cabeza le produjo tres paros cardíacos, antes de que se confirmara su muerte.

El féretro con los restos mortales fue retirado anoche por personal de una funeraria del hospital después de que el cuerpo del ex mandatario fuera sometido a una necropsia, tras su muerte en una sala de operaciones del centro de salud.

«¡Alan no ha muerto, sigue con su pueblo!, coreaban decenas de manifestantes que se abrazaban y lloraban a la llegada de los restos de García a la histórica sede limeña del APRA, llamada la «Casa del Pueblo».

Una gran pancarta con la foto de García fue colgada en la entrada al local partidario para despedir a su líder, en medio de un fuerte resguardo policial y cierre de calles aledañas dispuestos por las autoridades, informó la agencia de noticias EFE.

Asimismo, los principales dirigentes del partido, legisladores y ex ministros de los dos gobiernos de García (1985-1990 y 2006-2011) participaron del velatorio, que se realiza en uno de los salones principales de la sede.