La actividad pasa por un período de parálisis que se extiende desde la obra pública a los emprendimientos de viviendas particulares, que no perdona ni las refacciones. El retroceso se refleja en el empleo: más de 60 mil puestos perdidos en un año.

La construcción anotó una caída del 19,6 por ciento en junio respecto del mismo mes del año pasado, según lo informó ayer el Indec. En el primer semestre, la contracción del sector fue del 12,4 por ciento. El freno de la obra pública en los primeros meses de gestión de Cambiemos fue uno de los elementos centrales para explicar el retroceso de la actividad. El parate de las obras de infraestructura puede observarse en la evolución de los despachos de asfalto al mercado interno, que registra bajas de casi 40 por ciento. La vivienda particular y la refacción de establecimientos productivos también bajaron por la incertidumbre de la población con inestabilidad cambiaria, tras el ajuste del dólar del 60 por ciento a partir de diciembre pasado, y la fuerte suba de los costos. El empleo de la construcción se ubicó en 389.125 individuos en mayo, al retroceder un 13,8 por ciento en relación con el mismo mes del año pasado, lo que equivale a una pérdida de 62.463 puestos de trabajo en doce meses.

La actividad económica atraviesa una fortísima recesión en todos los sectores productivos, al registrar las tasas de caídas más importantes de las últimas décadas en la rama manufacturera y la construcción, dos de los sectores que generan gran cantidad de empleo a nivel local y tienen efecto multiplicador para del mercado interno. Las contracciones de la edificación fueron aumentando con el correr de los meses para empezar el segundo semestre en una situación peor respecto de la del comienzo del año, un fenómeno que también se repitió en la industria. En enero, la disminución en la construcción se ubicó en el 2,5 por ciento interanual, mientras que en febrero fue del 6,2 por ciento, en marzo 6,8, en abril 24,1, en mayo 12,9 y en junio 19,6, siempre en relación a igual mes del año anterior. “El freno de la obra pública impactó fuerte en el sector en los primeros meses del año. Esperemos que en esta segunda parte haya cierta recomposición en la ejecución de las obras, porque las constructoras están con las máquinas paradas”, mencionó a este diario Juan Chediak, titular de la Cámara de la Construcción.

La evolución de las ventas de los principales insumos para la edificación ofrece datos centrales para observar la pérdida de negocios. El documento del centro de estadísticas oficiales precisó que despachos al mercado interno de artículos y cerámicos disminuyeron 28,0 por ciento en junio respecto del mismo mes del año pasado. Además, las ventas de cemento portland cayeron 18,6 por ciento, las de hierro redondo para hormigón 24,4 por ciento, de ladrillos huecos 13,5 por ciento, de pinturas para la construcción 18,9, de pisos y revestimentos cerámicos 14,1 y de placas de yeso 17,5. Las entregas de asfalto vinculadas con la obra vial, uno de los principales rubros en los que invierte el sector público, marcaron una contracción del 27,6 por ciento el mes pasado, al tiempo que anotaron una caída del 38,3 por ciento en los primeros seis meses de 2016 en relación con igual período del año pasado.

Las empresas constructoras consideraron que la recesión en la construcción continuará en los próximos meses. Una encuesta del Indec a referentes del sector reveló que sólo el 21,7 por ciento de los empresarios cree que la actividad de la construcción aumentará en el tercer trimestre de 2016, mientras que el 78,3 por ciento considera que se mantendrá o seguirá en baja. La falta de perspectiva se concentra en la incertidumbre respecto de qué pasará con las inversiones estatales. El 75 por ciento de las constructoras considera que el reinicio de la obra pública no será un factor para dinamizar la actividad en los próximos tres meses.

El nivel de empleo registrado de la construcción, al igual que ocurre en distintos rubros de la economía por la falta de demanda y reducción de la rentabilidad, marcó una baja de 62.463 individuos el último año. El documento oficial no precisa cuál fue la evolución en este período del personal no registrado, el segmento de los asalariados que resulta más vulnerable en períodos de crisis económicas.

Fuente: Página 12