En Colonia Santa Rosa se realizó un desalojo de personas pertenecientes a la Comunidad Guarani “Cheru Tumpa” que se encontraban viviendo en terrenos sin producción. Las tierras pertenecen a la sucesión de Manero – hijos, descendientes del fundador de Colonia Santa Rosa, Don Robustiano Manero. (Martín Rangeón Mendoza)
El desalojo con gran presencia policial sucedió esta semana; las personas estaban viviendo y otras limpiando terrenos sin producción alguna desde hace más de 20 años. Un desalojo en que las fuerzas de seguridad no debieron utilizar perdigones de gomas, al contrario, debían colaborar en ayudar a sacar lo mucho o poco que tenían los humildes vecinos que tenían que abandonar los terrenos en la nueva etapa del asentamiento Gauchito Gil.
Tras el desalojo con centenares de policías y el desarme de varias viviendas, una inmobiliaria les ofrece un contrato de reserva de los terrenos a las personas que estaban allí asentadas.
Las tierras pertenecen a la Sucesión de Manero – hijos, descendientes del fundador de Colonia Santa Rosa, Don Robustiano Manero. Allí vecinos que con sacrificio lograron levantar sus casillas con estructuras de maderas, tuvieron que desarmarlas ante una orden de desalojo tomada por el juez Francisco Oyarzu.
Entre personas viviendo y otras que realizaron las limpiezas de los terrenos con malezas, se encuentran alrededor de 90 familias en los predios de la sucesión de Manero, muchas de ellas pertenecen a la Comunidad Guarani “Cheru Tumpa” que tiene como Cacique al Señor Raul Ceballos.
En la retirada de materiales y cosas del lugar, los vecinos desalojados fueron asistidos por familiares, otros se fueron a un merendero cercano y algunos de ellos en estado de shock por la desazón de no poder continuar viviendo en el lugar.
“Quizás muchos dicen que el barrio es de una puntera llamada Yamila, pero nosotros no la seguimos a ella, entonces los dueños deben de solucionar su problema con ella y no meternos a todos en la bolsa” manifestó una vecina indignada con lo que sucedía.
Contrato privado
Los “propietarios de las tierras” con la voluntad de vender los terrenos, designaron legalmente a una persona para que sea la intermediara con la gente que requiere un terreno, en la cual se brinda la posibilidad de reservar un lote con la suma de $5.000 (Pesos cinco mil) y a posterior un cobro del terreno con la suma total de $250.000 (Pesos Doscientos cincuenta mil), la cual está sujeta a modificaciones de acuerdo al pago de cuota de las propiedades.
Vecinos de Colonia Santa Rosa que viven en hacinamientos no tienen la oportunidad de inscribirse en el Programa Mi Lote o hacerse beneficiario del Instituto Provincial de Viviendas, porque no se proyecta ningún tipo de programas habitacional lo cual perjudica y genera conflictos entre generaciones existentes.