Por Alejandro Saravia
Cuando los nazis invadieron París, año 1942, un día allanaron el domicilio de Pablo Picasso que vivía allí exiliado por la dictadura franquista, y se encontraron con un cuadro de inmensas proporciones e imponentes figuras. Era Guernica, una de las obras fundamentales de la pintura del siglo XX, producto de la indignada reacción del pintor luego del bombardeo alemán a esa ciudad española, en abril de 1937, en plena guerra civil española. ¿Fue usted quien hizo esto? le preguntó un oficial al pintor, Picasso, que a esa altura ya era un artista consagrado y un comunista declarado, mirándolo por sobre el hombro, respondió: No, a decir verdad, esto lo hicieron ustedes… No lo detuvieron. Es probable que ni siquiera lo hayan entendido del todo.
Ahora, con el mismo asombro del oficial nazi, tampoco se entiende del todo el aluvión de votos recibidos por Milei en las PASO del pasado 13 de Agosto, a pesar de ser, los que gobernaron desde 2003 en adelante, los directos responsables de ese aluvión. En consecuencia, ellos lo hicieron.
Me refiero, en primer lugar, al kirchnerismo, gobernante de los últimos 20 añós en nuestro país, salvo el interregno de Macri que lo hizo entre 2015 y el 2019. Ambos, en realidad, son los responsables pero, claramente, unos más que el otro y no solo por el mayor tiempo en el gobierno sino por la gravedad de las consecuencias que ese ejercicio del poder tuvo en nuestro país. En efecto, a partir de 2002, y a raíz de la devaluación asimétrica que se produjo, todas las cuentas habían quedado saldadas con claras ventajas para algunos, y en 2003, cuando asume Kirchner, ya había una franca recuperación económica, empujada aún más por la ayuda externa dada por los excepcionales saldos positivos de nuestro comercio exterior a raíz del precio de nuestros productos de exportación, especialmente la soja -650 dólares la tonelada- que posibilitó los afamados superavit gemelos.
Eso se dilapidó, como se dilapidaron los capitales acumulados de las AFJP, del Banco Central y el capital energético. No solo eso, se pasó, también durante el gobierno de la actual vicepresidenta, del 22 % del PBI de gasto público al actual 45 %, sin acertar aún hoy, nadie, con la fórmula ni el modo de solucionar ese desaguisado que es el que nos tiene a maltraer. Con un agravante, como si algo les faltara: la creación de un inmenso ejército de desocupados dependientes de las dádivas oficiales en cuyo entremedio se perdió la cultura del trabajo y del esfuerzo. Una “revolución cultural” al modo argento.
El gobierno que sucedió a los Kirchner en 2015 se agotó en sí mismo con ausencia de explicaciones y demasiada presencia de banalidades y de vanidades. A todo ello debemos agregar las inutilidades del gobierno actual de Alberto Fernández que, en plena pandemia, declaró la cuarentena más dura mientras ideologizaba la adquisición de vacunas multiplicando los muertos y los padecimientos abajo, en tanto, los de arriba, los funcionarios públicos, no la pasaban tan mal. Aquellos polvos divinieron en estos lodos y la sociedad se tomó revancha. Mientras, a aquellas actitudes desaprensivas de los responsables, se suman otras que muestran la ausencia total de empatía, de unos y otros.
La pregunta que se impone y brota por doquier, sin respuestas claras, es qué pasará en octubre a partir de estos resultados de agosto.
A raíz de una entrevista que se le hiciera a Mayra Arena, persona de una extraordinaria inteligencia y experiencia de vida, surgieron algunas pistas. Primero expliquemos quién es Mayra Arena: es una referente social. Así al menos la presenta google. Pero agreguemos que su origen es una villa de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. Incluso ella misma se reconoce como villera, mas por propio esfuerzo ascendió a una clase media, pero, como ella mismo lo dijo, sin perder su “villerismo”. Embarazada a los 13 años, a los 14 tuvo a su hijo, Joaquín, al que le lleva, también, 14 años. Es decir que Mayra tiene 28. Cuando al final ya del reportaje el entrevistador, Novaresio, le pregunta qué le diría a Milei, contestó: le daría una chocolatada. Es un chico, dijo, y tiene las reacciones y modos de un chico, mostrando con esa percepción los límites del mismo. Lo de la chocolatada me sirvió como una revelación, como una epifanía: a veces me ataca la intuición, alimentada por varios indicios, de que Milei es una hechura del Ilusionista para sacarle votos por derecha a Juntos por el Cambio y que, como el monstruo del Dr. Frankestein, se escapó del dominio de su hacedor. Massa la tiene complicada por ser ministro de este gobierno, probablemente el peor de nuestra historia, pero, es el Ilusionista. Es David Copperfield, de modo que no hay que descuidarlo.
Respecto de Bullrich, recordemos que en una columna del 8 de junio recomendamos a Juntos por el Cambio que debía evitar la interna; que debía componer la fórmula con los dos candidatos; que por una razón de edad y por dos años debía ser presidente Bullrich y vice Larreta, quien la sucedería tras esos dos años, previa renuncia de ella. Me remití a aquella fórmula ideada por Shimon Peres en Israel en 1985 que hizo lo mismo con su vice, Shamir, del Partido contrario, Likud, y tras salvar a su país de una inflación del 400 %, le dieron viabilidad a Israel.
A ello agregábamos que debían poner de voceros a los economistas que los acompañaban ya que, éstos, tenían mayores condiciones de comunicadores y eran más creíbles que ellos.
Lo que muestran los saqueos de hoy es la profundidad de nuestra crisis en la que el Estado brilla por su ausencia, pero también los liderazgos. Como diría Yupanqui, “sin caballo y en Montiel”…
La cuestión es que la taba está en el aire y va a caer recién el 22 de octubre. En consecuencia, ansiosos abstenerse, buscar alguna distracción y recordar que la salida de la crisis nos va a llevar mucho tiempo, demasiado…