Icono del sitio Cuarto Poder

Una relación tóxica | Los sospechosos de siempre

La presentación del libro de Juan Romero, ocurrida esta semana en un salón del Senado de la Nación muestra el hilo de un ovillo que vale la pena tirar hasta desnudar sociedades y alianzas de vieja data, o intermitentes, que han marcado las escenas de la política local en los últimos años.

 

Una película con idéntico título fue filmada en 1995, el mismo año en que el senador nacional se convirtió en gobernador y mandó con poder casi absoluto durante tres mandatos, reforma constitucional incluida.

La trama del film estadounidense unió a policías y criminales mientras que en Salta aglutinó a dirigentes de todo el arco ideológico local que jugaron a oficialismo y oposición en la vidriera mientras mantuvieron intereses comunes en la trastienda del poder.

En una jornada calma de la Cámara Alta se dieron cita algunos emisarios para convalidar el discurso de la transformación -que supuestamente ocurrió entre 1995 y 2007- y que busca aquilatar los últimos tiempos de vitalidad de una familia que alcanzó el poder en 1983 y del que nunca quisieron apartarse.

Con apoyo encubierto de algunos beneficiarios de sus gobiernos, el jefe del clan familiar en 2015 dio su última batalla personal y cayó derrotado frente a Juan Urtubey, otrora integrante del sector. El entonces joven legislador, luego de triunfar en 2007, confrontó con su mecenas en todos los terrenos –incluyendo el mediático y el judicial- hasta llegar a un acuerdo que trajo paz para sus negocios.

En el acto reducido a los íntimos estuvieron presentes el diputado nacional Carlos Zapata, francotirador del romerato que actúa con disimulo bajo las alas de Alfredo Olmedo, el sojero que fue candidato a vicegobernador en 2015 y que sigue aportando a las estrategias globales a cambio de preservar los intereses de su padre en el latifundio de Salta Forestal.

No sorprendió la visita del legislador Emiliano Estrada, que luego de obtener una banca apoyado por el saencismo se alió con Olmedo, Zapata, el senador Sergio “Oso” Leavy, el rosarino Gustavo Orozco y los hermanos Biella para disputar la reelección a Gustavo Sáenz.

No podía faltar el ex senador nacional Rodolfo “Tolo” Urtubey, quien hasta hoy pudo sortear los intentos de investigar el destino de los cientos de millones del tristemente denominado “Fondo de Reparación Histórica” que tanto cuestionó el romerato por intermedio del diario familiar. 

Está claro que tras perder en 2015 este grupo político concentró las expectativas de resurrección en una alianza con el actual gobernador, imponiendo en una sociedad política la promoción de Bettina, que obtuvo una banca como diputada provincial para después ingresar al Centro Cívico Municipal como la primera intendenta de la historia.

Una relación más que tóxica ha unido a este oficialismo en donde el romerato practica el quintacolumnismo y logró participar del gobierno en lugares estratégicos que inciden en la obra pública, la empresa del agua potable y los desarrollos urbanos de clases acomodadas y los juegos de azar.

La derrota del pasado 14 de Mayo a manos de Emiliano Durand ha comenzado recién a asimilarse y, rápido de reflejos, el veterano dirigente que reside en Lesser quiere que Sergio “Miky” Camacho sea el Jefe de Gabinete y colar otros adictos que serán mano de obra desocupada municipal el 10 de Diciembre.

La única espina dolorosa del grupo es el espiral de sospechas que se despliega sobre las contrataciones comunales y que ha comenzado a contaminar la imagen de Bettina. Ella dice desconocer las maniobras aparentemente fraudulentas cuya autoría se adjudica a la dupla que integran con gran éxito económico el abogado Daniel Nallar y su hermano Juan Esteban. Más de 8.000 millones de pesos se gastaron entre Marzo y Julio del 2023 para la campaña entre consultoras publicitarias, propaganda, afiches, cartelería y contratos de servicios y obra pública direccionados a amigos dispuestos a compartir sobreprecios que nadie controló ni controlará. 

Este agujero complica el pago de sueldos el mes que viene y fue debidamente informado por la soberbia intendenta saliente, lo que podría desanudar los acuerdos de lograr una transición ordenada.

Juan Romero prefiere invertir ahora en sus socios de siempre. Vende los vínculos con el precandidato a presidente Horacio Rodríguez Larreta asegurando que, si llega a la Casa Rosada, le pondrá a disposición todos los cargos de las oficinas nacionales de Salta.

El 2015 y el presente los vinculan sin que hagan falta mayores razonamientos, pero la historia tejida en el medio tiempo habla de deslealtades reiteradas.

Sin ir más lejos, el perfil periodístico del matutino dependiente y la radioemisora del grupo empresarial del romerato, han castigado áridamente a Gustavo Sáenz durante sus casi cuatro años de mandato, a la par que disimularon todos los errores y negociados de la intendencia propia.

La sociedad política entablada en el Senado Nacional con el “Oso” Leavy y sus huestes del norte, se suma al olmedismo que adhiere a Javier Milei pero prepara un vuelco en el ballotage a favor de Juntos por el Cambio.

No están fuera del marco Emiliano Estrada y algunas figuras menores como Cristina Fiore en la capital, Gustavo Solís en el sur o Franco Hernandez Berni y Lucas Cisneros en San Martín, y esto admite la especulación de que Juan Romero siempre estuvo detrás de los adversarios políticos del Gobernador y alimentando a antiguos socios aunque éstos estuvieran en la vidriera de otros sectores políticos.

Las PASO del 13 de agosto obligará a todos a mostrar cartas con vistas a las elecciones generales de octubre en el que el romerato juega todo y Sáenz solamente un poco. Si gana Massa el poder del gobernador se expandirá geométricamente y los de Limache deberán regresar a sus negocios.

Si el triunfo es de Rodríguez Larreta se abrirá una nueva disputa entre el senador nacional con el gobernador por los acercamientos más efectivos con la presidencia. En este caso los sospechosos de siempre ya sueñan con reconstituir una alternativa para el 2027 convencidos de que hay que desalojar a Sáenz del sillón de Grand Bourg porque no los representa y pueden condicionarlo con los recursos y gestiones paralelas en los ámbitos nacionales.

El sector más cercano a Gustavo Sáenz advierte como prematura –y desleal- la posición del romerato de buscar imponer una sucesión sin saencistas y que previeron anticipadamente a favor de la indomable Bettina. Por ahora no encuentra un dirigente que resuma el proyecto detrás de la cabeza del senador, aunque en lo logístico ya comenzaron a colonizar medios televisivos, radiales importantes y prometen seguir presionando para lograr acuerdos que los preserven.

El reacomodamiento del gabinete, que ocurrirá recién en diciembre, pondrá en perspectiva la dirección política de un movimiento provincial en el que comulgan pacíficamente casi todos, excepto el romerato que se siente traicionado y se convence a diario que en Mayo le arrebataron la ilusión de colocar a una tercera generación en Finca Las Costas.