Tras una larga charla con los abogados de Madres, el juez Marcelo Martínez de Giorgi aceptó el pedido de eximición de prisión. La movilización solidaria con Hebe –ayer recibió el llamado de CFK– obligó a rever el marco de la indagatoria.
Hay una foto que la muestra a Hebe de Bonafini subida a la combi que la llevaba a Mar del Plata ayer a la tarde donde tiene la sonrisa amplia, los labios pintados y los ojos chiquitos pero luminosos. Siempre es raro verla sin el pañuelo blanco de Madre de Plaza de Mayo, con su pelo corto y gris. Estaba contentísima. Se lo decía a todo el mundo. Había logrado que Marcelo Martínez de Giorgi levantara la orden de detención. Ella le mandó a decir, a través de su abogado, que aceptaba que le tomen la declaración indagatoria en la causa “Sueños Compartidos” mientras sea en la casa de las Madres, y también lo consiguió. Es posible que el juez vaya en los próximos días, aunque no estableció cuándo.
El jueves a la noche, después de haber estado rodeada de una inmensa masa humana que la acompañó en la sede de las Madres ante la orden de detención de Martínez de Giorgi por no ir a la indagatoria, Bonafini se reunió con sus colaboradores de confianza y con su abogado Juan Manuel Morente. Para ella había sido un día de gloria, ya que no hubo modo de que la indagaran, pero les dijo que temía que si la iban a buscar para detenerla se generaran situaciones de violencia con las fuerzas de seguridad. Morente le propuso descomprimir, mostrar disposición a declarar en la sede de las Madres, y que la eximan de prisión. Cuando llegó ayer a la mañana al despacho del juez en los tribunales de Comodoro Py no fue recibido de buena gana, pero la situación se distendió con el correr del diálogo.
Morente pidió por escrito levantar la captura y señaló que las fuerzas de seguridad habían puesto “en peligro cierto la salud y la vida de varios ciudadanos que se autoconvocaron”. Agregó que ante “la potencial disposición a la ejecución por parte del Ministerio de Seguridad de concretar una medida en forma abusiva que ponga en riesgo a terceras personas, sumado a las condiciones personales de la citada, y teniendo tal acto el fin único de garantía de defensa de mi defendida, que no genera perjuicio a terceros, es que solicito se formalice el acto de declaración en la sede de Hipólito Yrigoyen 1584”. Las deliberaciones con el juez llevaron cerca de tres horas.
En el ínterin la fiscal Paloma Ochoa dictaminó a favor del pedido de eximición de prisión. Ya el día de la orden de detención intentó poner un freno a Martínez de Giorgi al exigirle garantías de que la indagaría de inmediato sin dejarla detenida. Ahora que el juez aceptó, lo único que dejó pendiente es que le planteen más argumentos (por ejemplo de salud) para trasladarse a tomar la declaración.
Fuera de la formalidad, con su bravura habitual Hebe dijo que “Martínez de Giorgi no tiene huevos”, “se las agarra con las Madres, con las indefensas, y no con quien debería”. “Al juez no lo respeto, porque él no nos respeta a nosotros, a un juez pago por el Estado y por otros, como Clarín, no lo puedo respetar, no lo puedo respetar como mujer del pueblo, como madre de desaparecidos (…) que revise las 40 cajas que le mandamos que ni las miró, se las agarró conmigo, pero que se las agarre con (Sergio) Schoklender, con los que roban, pero no con las madres (… ) es un desvergonzado, le tiraron de los huevos porque no hizo nada por esta causa desde hace mucho. Ahora le dijeron, ´movela´, y con quien la mueve, con las indefensas”, estalló Bonafini.
Martínez de Giorgi replicó públicamente: “ordené la indagatoria de la Bonafini constructora de viviendas, no de la defensora de los derechos humanos”. También dijo que los mismos ex funcionarios “que acompañaron a Bonafini en la Fundación (para evitar su detención) son los que la pusieron a construir viviendas” y en diálogo con este diario dijo que analiza imputarles “encubrimiento”, o derivar una denuncia (ver aparte). De hecho, recibió una presentación del abogado Santiago Dupuy de Lome (denunciante frecuente) contra la ex ministra de Cultura, Teresa Parodi, el ex secretario legal y técnico Carlos Zannini y el diputado Andrés Larroque por impedir que Hebe fuera detenida.
La causa conocida como “Sueños compartidos” –el nombre del programa para construcción de viviendas sociales de las Madres– se inició en 2011, cuando salieron a la luz maniobras con cheques de los hermanos Sergio y Pablo Schoklener, apoderados de la Asociación, a quienes les habían confiado el manejo de la administración. Sueños Compartidos recibía dinero del Ministerio de Planificación para la construcción de viviendas con unos paneles móviles que importaba Sergio Schoklender. En un comienzo el ex juez Norberto Oyarbide investigó lavado de dinero, al seguir la ruta de gran cantidad de cheques que recibían los hermanos en cuestión, a quienes procesó por desviarlos de su finalidad, además de no pagar cargas sociales de los trabajadores. Martínez de Giorgi investigaba los contratos y a los funcionarios públicos implicados. Ahora hay una única causa. Los Schoklender estuvieron detenidos en 2012 y fue un gran escándalo. Luego no pasó casi más nada.
La detención del ex secretario de Obras Públicas, José López, con los nueve millones de dólares en el convento, empujó al juez a despabilar el expediente, porque López sería uno de sus principales implicados, ya que distribuía fondos para obras. El juez citó a 43 personas, entre ellas Hebe. Ya declararon los Schoklender, el ex ministro de Trabajo Carlos Tomada, el ex subsecretario de Obras Públicas Abel Fatala, López (trasladado desde el penal de Ezeiza) y el show seguirá también con el ex ministro de Planificación Julio de Vido. La acusación común es la de defraudación, en unos 200 millones de pesos.
Hebe pasó la mañana en la casa de las Madres, y recibió un llamado de Cristina Fernández de Kirchner, que la hizo llorar. Pero lloraba mucho, cada vez que hablaba del impacto de ver “al pueblo movilizado” a su alrededor.
Fuente: Página 12