Puerto Madryn, 2 de marzo de 1970. “Le dijeron ‘vos ahora tenés un Toro’… y el tipo se lo tomó en serio”. Tanto que decidió probar la potencia de su flamante Torino no contra un Falcon o un Chevy, sino contra un Piper PA-28 que rodaba para despegar en una calle lateral.
Según testigos, el auto irrumpió en la improvisada pista justo cuando el avión se disponía a alzar vuelo, obligando al piloto a una maniobra desesperada que terminó en colisión. Milagrosamente no hubo víctimas, pero el susto fue de proporciones épicas.
El avión, aunque maltrecho, fue recuperado y volvió a volar. Del Torino, mejor ni hablar: quedó tan torcido que la frase “tenés un Toro” terminó siendo más una advertencia que un halago.