El conflicto no está terminado. Los docentes pararon un par de días y volvieron a las aulas el viernes. El futuro inmediato se definirá hoy sábado en una asamblea en el anfiteatro del Parque San Martín mientras se espera la respuesta al petitorio y pedido de audiencia que el jueves dejaron en el Ministerio de Educación. (Gonzalo Teruel)

Numerosa, como hace tiempo no sucedía en Salta, fue la marcha que los docentes realizaron el miércoles reclamando, como en el resto del país, mejores condiciones salariales. El gobernador Juan Urtubey habló del tema intentando ser claro. “No hay que subestimar la expresión de un sector importante, pero a mí me toca administrar los recursos públicos garantizando que los salteños tengan educación y que también tengan salud, seguridad y que se puedan seguir haciendo las obras que los salteños necesitan”, dijo, en otras palabras, que entiende el reclamo pero que no puede aumentar los sueldos porque no tiene la plata para hacerlo.

Urtubey fue un poco más sensato que sus ministros y puso énfasis en la paritaria cerrada a finales del año pasado. Algo de razón tiene, Salta es de las pocas provincias que anticipa la pauta salarial de un año al otro. A los maestros poco les importan esos argumentos porque tienen los argumentos del bolsillo. Un maestro salteño cobra un básico de $1.600 que con los aumentos previstos llegará a $1.800. Es decir que, en mano, hoy recibe menos de $4 mil y recibirá en mayo $4.500 aproximadamente. Aún con los incrementos pautados, los educadores están por debajo del costo de vida: según datos del ISEPCI, en enero -los datos de febrero se conocerán en los próximos días- la Canasta Básica Total fue de $5500. Por eso reclaman un básico no menor a esa cifra: $5.500.

Así las cosas, el conflicto no está terminado. Los educadores pararon un par de días y volvieron a las aulas el viernes pero continuarán reclamando. Los pasos a seguir se definirán este sábado a la siesta en una asamblea en el anfiteatro del Parque San Martín mientras se espera la respuesta al petitorio y pedido de audiencia que el jueves dejaron en el Ministerio de Educación.

“Lamentablemente, el ministro Dib Ashur no nos recibió”, expresó Víctor Gamboa, de SITEPSA, y agregó que “entonces vamos a ver como seguimos y como organizamos nuestro plan de lucha”. Otro de los dirigentes docentes, Ramiro Claure de DASA, lamentó que “la respuesta del gobierno sea la amenaza del ministro Costello de descontar los días de paro”. Ninguno de los referentes de las agrupaciones docentes quiso confirmar o descartar un nuevo paro.

En el Grand Bourg esperan la definición de la asamblea docente y confían que, como siempre, contarán con la colaboración de la ADP en la normalización del dictado de clases. El ministro Roberto Dib Ashur y sus colaboradores están convencidos que el problema es nacional y que ellos no son responsables de las protestas. “Nosotros hicimos los deberes y arreglamos los sueldos el año pasado pero en enero la economía se le escapó al gobierno nacional y por eso empezaron los reclamos”, resumió un funcionario de bajo rango de Educación.

No entienden nada

Al igual que ante otras situaciones conflictivas, la reacción de los ministros de Urtubey ante el reclamo docente fue pobre. Pese a una marcha muy numerosa por las calles y un alto acatamiento al paro, el ministro de Gobierno, Eduardo Sylvester, se limitó a decir que el problema era “nacional”. “La adhesión a este paro nacional en la provincia, es una conducta improcedente ya que en Salta la situación es absolutamente distinta”, reflexionó el ministro político.

Además, sostuvo con preocupante miopía en el análisis que “el paro docente en Salta tiene tinte político” y que “las marchas fueron conducidas por dirigentes del Partido Obrero”. “La Intergremial Docente acordó y aceptó en octubre pasado el 25% de incremento en los salarios así que no hay motivos para realizar medidas de fuerza”, aseguró.

Peor aún fue la respuesta del titular de la cartera de Trabajo, Eduardo Costello. “Se va a descontar el salario a aquellos docentes que no trabajen”, aseguró alegando una ley provincial que violenta el derecho a huelga consagrado por la Constitución Nacional.

Finalmente, Dib Ashur se limitó a recordar que “Salta está cumpliendo con lo acordado en octubre: se pagaron las sumas fijas de noviembre, diciembre y enero y los porcentajes para llegar al 25% que iban a pagarse en febrero, mayo y agosto, se adelantaron a mayo”. El ministro de Educación prefirió no hablar de la inflación y del aumento de los precios y su impacto en el salario docente. Por ahora, tampoco quiere hablar con las organizaciones gremiales que le solicitaron audiencia.