Una serie de eventos que activaron los protocolos de seguridad al mencionar la palabra “bomba”. El individuo, identificado como Oscar Daniel Méndez, fue imputado por entorpecer la salida de un vuelo.
En el embarque de un vuelo con destino a Buenos Aires, el acusado -oriundo de esa provincia- mencionó la palabra “bomba”. En el acto, se activó el protocolo de seguridad del caso, con la intervención de varias fuerzas. El incidente generó serios inconvenientes y la demora del vuelo.
Seguridad Aeronáutica Post-11 de Septiembre
Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, la seguridad en los aeropuertos ha experimentado cambios drásticos para prevenir incidentes similares. Entre las medidas implementadas se encuentra la revisión exhaustiva de cada pasajero y la prohibición de mencionar ciertas palabras consideradas peligrosas, como “bomba”, “fuego”, “emergencia” y “terrorismo”. El uso de estas palabras, incluso en tono de broma, puede desencadenar protocolos de seguridad severos.
Audiencia y Decisión Judicial
En una audiencia de formalización de la investigación penal, el juez federal de Garantías N°1, Julio Bavio, aceptó la imputación contra Méndez por “entorpecimiento del transporte”. La acusación fue presentada por la Unidad Fiscal Salta, representada por la auxiliar fiscal Florencia Altamirano.
Según el relato de Altamirano, el 14 de mayo, a las 14:40, Méndez entregó su valija en el área de embarque y, ante la pregunta de rigor sobre si llevaba algún dispositivo explosivo, respondió que tenía una “bomba”. La empleada alertó a su supervisora, quien interrogó a Méndez y este confirmó haber usado esa palabra. Por protocolo, se avisó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria del Aeropuerto Martin Miguel de Güemes, que acordonó el área y paralizó las actividades, demorando el vuelo.
Personal especializado, incluyendo el Grupo Especial de Control de Explosivos y bomberos, inspeccionó el equipaje de Méndez, sin hallar explosivos. Méndez fue detenido y, durante la audiencia, se declaró arrepentido, alegando que su comentario fue una broma desafortunada.
Decisión del Juez
Méndez, quien trabaja como encargado de un edificio, explicó que había viajado a Salta para descansar con familiares y que su regreso estaba programado para el martes. Admitió haber mencionado la palabra “bomba” en otro contexto, expresando que “la bomba la había dejado en casa”. Reconoció su error y lamentó los inconvenientes causados.
Su defensa argumentó que la situación no causó un gran perjuicio. Sin embargo, la fiscalía refutó esta posición, señalando la demora y el despliegue de seguridad que se requirió. El juez Bavio respaldó la acusación de la fiscalía, subrayando que el “entorpecimiento” ocurrió independientemente del tiempo exacto de la demora. Impuso a Méndez la obligación de no obstaculizar el proceso penal en curso.
El incidente resalta la importancia de respetar las normas de seguridad aeroportuaria y las graves consecuencias de no hacerlo, incluso cuando se trata de una broma.