Escribano de profesión, Arribas tramitó el pase de varios jugadores cuando Macri presidía Boca Juniors. El más controvertido fue el de Carlos Tevez al Corinthians. Ya habían anunciado a la diputada Majdalani como su segunda.

El Señor 5 en el gobierno de Mauricio Macri será su amigo, el agente de jugadores FIFA y escribano Gustavo Héctor Arribas. La designación acaso sorprenda a quienes no siguieron en detalle la trayectoria en Boca Juniors del presidente electo. Pero ya tiene un antecedente en su gabinete: Andrés Ibarra, el futuro ministro de Modernización, fue gerente general del club. El elegido para conducir la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) concretó distintas transferencias de futbolistas cuando el ingeniero presidía a la popular institución. La más destacada de todas fue la venta de Carlos Tevez al grupo inversor inglés MSI, que controló al Corinthians de Brasil. Esa operación resultó posible gracias a un intermediario israelí de turbios antecedentes, Pinhas Zahavi, y a Fernando Hidalgo, socios del hombre que dirigirá a los espías desde el 10 de diciembre. Los tres hicieron negocios con varios clubes del fútbol argentino por medio de HAZ Sport Agency, la sociedad cuya sigla responde a sus apellidos: Hidalgo-Arribas-Zahavi. El miércoles ya habían anunciado que la diputada del PRO Silvia Majdalani será la número dos de la AFI.

En el nombramiento del escribano como responsable de los servicios de Inteligencia, el presente nos remite al pasado y el pasado nos permite comprender el presente. En una larga entrevista que este periodista le realizó en Página/12 al ex empresario futbolístico y abogado Marcelo Open el 27 de agosto de 2000, a la pregunta de si conocía al escribano, respondió: “Me preocupa que aparezcan, por ejemplo, personas cuyo único título es ser amigo de Macri. Nadie se interesa en saber de dónde salió, quién es… ¿Te acordás de Las locuras de Isidoro? Había un personaje, Cachorra, que tenía un abuelo, el general Bazooka, que nunca aparecía en ningún lado. Arribas parece el general Bazooka. ¿Por qué no da la cara si el fútbol no es un negocio ilícito?”.

Aunque pasaron quince años y Open pudo haber cambiado de opinión sobre el futuro Señor 5, su testimonio remite al modo en que Arribas se vinculó con Boca durante la gestión de Macri. Los primeros indicios de su relación comercial con el club, coincidieron con el ocaso de su colega, el también agente de jugadores Gustavo Mascardi. Allá por el 2002, cuando el actual presidente electo iba por su segundo mandato en Boca, el futuro Señor 5 empezaba a tener más protagonismo en las transferencias de futbolistas que concretaba el club.

Mascardi se sintió damnificado por los manejos de su ex empleado Hidalgo y le inició un juicio. Varios jugadores pasaron de sus manos al dueto que formaba con Arribas. Un párrafo de su declaración ante el juez de Instrucción Facundo Cubas ofrece indicios de cómo el fútbol puede enriquecer en un santiamén a este tipo de personajes: “Es preciso anotar que cuando Hidalgo ingresó a la empresa, poseía un automóvil Fiat 600 y luego de ese momento comenzó a cambiar sus autos a modelos cada vez más costosos, a un ritmo difícil de sostener para un asalariado. Comenzaron las interminables compras de relojes, lentes, ropas de costos normalmente inaccesibles, lo cual obviamente causó, como mínimo, curiosidad entre los demás empleados de la empresa”.

Otra pincelada sobre aquella época de negocios florecientes en Boca la dio Enrique Nosiglia en 1997, cuando Macri llevaba dos años en la presidencia del club. El dirigente radical tenía su propia agrupación –Por un Boca Mejor– y sostenía que “Mascardi parece ser el dueño de todos los pases de los jugadores. Después nos vinimos a enterar de que Gustavo Arribas, amigo íntimo de Mauricio, es socio de Mascardi y número cinco en el equipo que tiene Mauricio en la quinta Los Cardenales”.

El futuro titular de la AFI figura en bancos comerciales como integrante de HAZ y dos sociedades más: Dictum SA, que ofrece servicios de consultoría y en la que está desde 1994 y Full Sports SRL, que se dedica a la explotación comercial de derechos sobre futbolistas desde 1998. La creación de HAZ data de 2005, la época en que Roberto Digón, ex vicepresidente de Boca y adversario político de Macri, ubica los negocios que ya hacía la empresa en el club: “A partir de 2003, 2004, HAZ empezó a tener mucho protagonismo en las transferencias y justo en el 2005 colocó a Tevez y Mascherano en el Corinthians. Arribas era el intermediario íntimo de Mauricio en los pases en aquella época”, recuerda el ahora candidato en la lista de José Beraldi a las elecciones boquenses del próximo domingo.

Los dos símbolos de Boca y River, como se sabe, después terminaron en el fútbol inglés. Zahavi fue clave para que llegaran al West Ham. También un iraní, Kia Joorabchian, la cara visible de MSI, un fondo de inversiones al que siempre se le atribuyeron relaciones con la mafia rusa. Un ejemplo: mantuvo vínculos comerciales con Boris Berezovsky, acusado de vaciar Aeroflot, quebrar un banco y que terminó ahorcado en marzo de 2013 en su residencia inglesa.

Cuando era presidente de Boca y Arribas hacia negocios con el club, Macri se vio obligado a aclarar: “La plata por el pase de Tevez vino de un banco europeo reconocido, no hay nada raro y los que quieran buscar otra cosa detrás de esto, no la van a encontrar”. El escribano y sus socios cobraron una jugosa comisión por aquella transferencia.

HAZ ha hecho operaciones en el fútbol con Boca, River y otros clubes. En marzo de 2014 le ganó un juicio a Argentinos Juniors. El motivo del litigio fue el pase del volante Néstor Ortigoza a San Lorenzo. La empresa de Arribas había pagado 170 mil dólares por el 50 por ciento de los derechos económicos del jugador en 2004. El club de La Paternal nunca le pagó a HAZ cuando lo transfirió al de Boedo. La Justicia comercial le otorgó la razón a la empresa del futuro jefe de los espías y un resarcimiento de un millón de dólares.

Por Gustavo Veiga Página 12