Salta tiene un nuevo intendente. El pueblo de la ciudad eligió a Gustavo Sáenz para que suceda a Miguel Isa tras 12 años de fuerte liderazgo político en la principal urbe de la provincia. Pablo López llego al 12% y terminó tercero confirmando el declive del trotskismo con respecto al 2013. (Gonzalo Teruel)

Tal como sucedió un mes atrás cuando sorprendió a propios y extraños y derrotó a Guillermo Durand Cornejo en las primarias, ahora Gustavo venció a Javier David, el candidato de Isa y de Juan Manuel Urtubey. El sorprendente resultado, 116 mil a casi 96 mil votos o 41% a casi 34% del electorado, constituye sin embargo un enorme triunfo político porque Sáenz ganó desde un deshilachado y vapuleado romerismo y frente al espacio comandado por ese tractor electoral que es Urtubey que, por ejemplo, arrasó en la provincia y superó el 51% de los votos.

La corta diferencia a favor de Sáenz y la pareja composición del nuevo Concejo Deliberante en el que estarán representados 6 partidos políticos -el romerismo, Partido de la Victoria, PJ, PO, PRO y UCR- anticipan próximas si no inmediatas negociaciones para garantizar la gobernabilidad.

Con aciertos y errores y con la inocultable ayuda de Juan Carlos Romero primero y Juan Manuel Urtubey después, Isa consiguió lo que antes parecía imposible: ordenar política e institucionalmente una caótica ciudad y gobernarla. El desafío que enfrenta el nuevo intendente entonces no es menor. Él y todos saben que solo no podrá gobernar y que se imponen acuerdos políticos.

La extensa transición, hasta el 10 de diciembre, deberá estar llena de conversaciones y reuniones para garantizar esa gobernabilidad y que la gestión de Urtubey siga siendo atractiva para los medios de difusión y, sobre todo, para la dirigencia política nacional que se apresta a suceder la conducción de Cristina Fernández de Kirchner.

Inesperada revancha

Fiel ladero de Miguel Isa durante años y responsable de increíbles desaciertos políticos, en 2013 Gustavo Sáenz fue derrotado en las elecciones legislativas provinciales y cedió la senaduría por Capital que detentó a lo largo de los años el PJ.

En las primarias de septiembre sumó 63.200 votos -con 3 listas el PJ reunió casi 80 mil- y por tomar la inexplicable decisión de atacar al propio peronismo se desmoronó en las generales. En noviembre apenas superó los 59.100 votos o el 22,69% del electorado y fue derrotado por la increíble Gabriela Cerrano del PO. Ahora finalmente se impuso y en su primer discurso como intendente electo agradeció a Juan Carlos Romero, Alfredo Olmedo y al propio Guillermo Durand Cornejo aunque todos los que estuvieron en el bunker del nuevo intendente destacaron el abrazo y los llantos que protagonizo este con Juan Carlos Villamayor que es el padrino político de Sáenz: Juan Carlos Villamayor que en 1995 ganó la intendencia y tenía al propio Sáenz como presidente del Concejo Deliberante.

Su vencido de ayer, Javier David, hizo el camino opuesto y pasó del ingrato romerismo al urtubeycismo con la esperanza de acceder a los espacios de poder que supo ocupar en el pasado. En 2013 y desde el Frente Popular Salteño había hecho una dignísima elección quedando tercero detrás de Claudio Del Plá y Manuel Santiago Godoy con 27 mil votos y el 10% del electorado.

Ahora multiplicó esos votos pero no le alcanzó y cargará sobre sus espaldas con la responsabilidad de ser el único candidato que no pudo triunfar subido a los hombros de Urtubey que, en cambio, hizo ganar a monigotes como su hermano Rodolfo, Pablo Kosiner o Fernando Yarade.

Tercero cómodo

Pablo López está triste. En algún momento soñó en ganar la intendencia pero no pudo romper la polarización entre los candidatos peronistas, y apenas salvó las ropas del PO. No pudo repetir su histórica elección de 2013, en la que saltó de casi 48 mil votos o el 17% en las primarias a más de 80 mil votos y casi el 30% en las generales para llevar por primera vez el grito trotskista al Congreso de la Nación.

Esta vez sumó 35.186 o algo más del 12%. Esos números, sin embargo, ratifican la presencia electoral del PO y se incrementaron para una elección ejecutiva en las que, hasta ahora, la confianza del electorado fue esquiva con la izquierda. Nunca lo dirá pero es posible que sienta que su suerte pudo ser aún mucho mejor si la dirigencia obrera hubiera trabajado, en serio, para conquistar el poder y abandonar la cómoda oposición parlamentaria.

Por venir

Sáenz, David y López son las figuras del nuevo tiempo político en la ciudad y la provincia. El electo intendente tendrá que construir poder propio para sostener la ciudad y evitar que los distintos grupos del peronismo y sus aliados desaten un caos como el que reinaba antes de la llegada de Isa a la Municipalidad.

Al derrotado David lo puede sostener el empecinamiento de Urtubey que invirtió mucho tiempo y más dinero en posicionarlo y reinstalarlo ante la ciudadanía. Sus sólidos méritos técnicos y de gestión, además, lo convierten en un reemplazo probable para cualquier ministro.

López, finalmente, tiene por delante un par de años en el Congreso desde donde podrá mantener su influencia política y, si se anima, disputar la larguísima conducción de Del Plá.

Sáenz, David -pese a la nueva derrota- y López son las figuras del nuevo tiempo político en la ciudad. Pero no son las únicas: Pablo Kosiner, Eduardo Sylvester, Lucas Godoy, Matías Posadas, Cristina Fiore y Ricardo Villada, entre otros, los acompañan y disputan el liderazgo.