Son quienes tienen negocios en calle Ituzaingó. La intendenta comenzó una obra que los perjudicó.

Desde hace más de cuatro meses que hay una obra comenzada y suspendida en calle Ituzaingó, entre San Martín Urquiza. Los vallados siguen y quienes tienen negocios ahí no venden ni jota, porque las personas no pueden pasar por la vereda.

La obra está paralizada porque quienes iniciaron el arreglo de la calle encontraron unos durmientes. Desde la Muni anunciaron eso como si hubieran encontrado el eslabón perdido o los restos de un tiranosaurio salteño y dijeron que los durmientes encontrados «seríann acondicionados y exhibidos como parte del patrimonio histórico de la ciudad». Se perímetro el área, se rompió el cemento, se cavó y permanece así, sin avances. La media calzada de la calle quedó cortada y la obra parada.

Los comerciantes no venden nada y encima afirman que ese lugar al estar abandonado hace tanto tiempo “se está convirtiendo en un baño para transeúntes y un basurero a cielo abierto».

Ahora sólo faltan las lluvias para convertir esa cuadra en un riachuelo.