La noticia internacional de la semana fue la detención de Steve Bannon por presunto fraude en la campaña para construir el muro con México durante la campaña electoral para la presidencia de Estados Unidos de 2016. El exasesor del presidente Donald Trump, fue sacado de un presuntuoso yate de 45 metros de largo, llamado Lady May, que se encontraba frente a las costas de Connecticut y arrestado debido a la acusación de que se apropió, junto a otras personas, de dinero de donantes que intentaban financiar la construcción del muro en la frontera sur de Estados Unidos, convirtiéndose en el último (hasta el momento) de una larga lista de aliados del mandatario imputados de algún delito.
Los organizadores del grupo “We Build The Wall” (Construimos el Muro) se decían deseosos de ayudar al presidente a construir una barrera “grande y bella” en la frontera con México, promesa de campaña de Trump en 2016. Recaudaron más de 25 millones de dólares y se comprometieron a que el 100% del dinero se utilizaría en el proyecto. Pero, al parecer, gran parte del dinero fue a dar a los bolsillos de Bannon, que trabajó con Trump en la Casa Blanca y durante la campaña. Supuestamente, Bannon se quedó con un millón de dólares, de los que utilizó una parte para pagar en secreto al coacusado Brian Kolfage, fundador del proyecto, y para cubrir gastos personales.
Bannon se convirtió en el más reciente de una lista muy larga de asociados de Trump que han ido a juicio, entre ellos su ex primer director de campaña, Paul Manafort, su abogado, Michael Cohen, y su ex asesor de seguridad nacional, Michael Flynn.
Después del arresto, Trump se distanció rápidamente de Bannon y el proyecto, declarando «Cuando leí de ello, no me gustó. Dije: esto es para el gobierno, no para particulares. Y me sonó a fanfarronería”. Respecto a recibir donaciones para la construcción del muro también Trump denunció públicamente que “estaba en desacuerdo con que se hiciera esta sección muy pequeña del muro en una zona complicada por parte de un grupo privado que recaudó dinero mediante anuncios. Sólo se hizo sólo para hacerme quedar mal”.
¿Pero quién es Bannon y porque se lo vincula directamente a Trump? Hay más de un lazo rojo que une a Donald Trump y Steve Bannon.
El nacionalisma y reaccionario, Bannon, fue el estratega de la campaña electoral del presidente estadounidense en 2016. En ese momento era el asesor estrella de Trump, encargado de fomentar campañas de odio desde Breitbart News, el sitio del que fue director, y de Cambridge Analytica, la compañía de la que fue vicepresidente.
A partir de 2017, Bannon pasó a ocupar un lugar en el Consejo Nacional de Seguridad. Tuvo un papel importante en el diseño de políticas antimigratorias del Trump. También tuvo incidencia en la decisión de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático. Fue el gran impulsor de la idea de intervenir militarmente a Venezuela, aunque por ese mismo tema fue desplazado del cargo después de sus diferencias con varios asesores de la Casa Blanca, entre ellos Jared Kushner, yerno del presidente.
Nacido en 1953 en la ciudad de Norfolk, Virginia, Bannon se crió en el seno de una familia católica, irlandesa y de clase trabajadora. Durante su juventud ingresó al Ejército y pasó cuatro años a bordo de un buque destructor antes de conseguir una pasantía en el Pentágono. Formado en las universidades de Georgetown y Harvard, Bannon trabajó en Goldman Sachs antes de crear su propia firma de inversiones, y a fines de los noventa aterrizó en Hollywood, donde produjo películas y programas televisivos. Luego de dirigir varios documentales sobre el expresidente Ronald Reagan, el movimiento Tea Party y la republicana Sarah Palin, Bannon se hizo cargo en 2012 del sitio web de noticias de ultraderecha, Breitbart News. Posicionó al portal como el transmisor de ideas misóginas, racistas y homofóbicas para gran parte de la población estadounidense. En poco tiempo, se convirtió en el 29º portal más popular del país con millones de visitas por año, y uno de los más influyentes de Twitter y Facebook. Llamó «judío renegado» a uno de sus comentaristas más críticos del portal. Comparó el trabajo de la organización que brinda atención de salud reproductiva, Planned Parenthood, con el Holocausto. Publicó titulares como «La pastilla anticonceptiva las vuelve feas y locas» y videos en los que le preguntaba a la población si prefería que sus hijos fuesen feministas o tuvieran cáncer.
Durante la campaña 2016 de Trump aplicó la llamada Doctrina Breitbart: «Si quieres hacer cambios profundos en la sociedad, primero tienes que dividirla». No desaprovechó su cargo en Cambridge Analytica para diseñar una campaña contra la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton, a través del slogan «Defeat Crooked Hillary» (derrota a la corrupta Hillary).
Bannon siempre se jactó de impulsar en Estados Unidos a la «alt-right», una derecha alternativa, pero no habiendo logrado concretar su objetivo, se trasladó a intentar implementarla en Europa a su salida de Estados Unidos. Empezó por convertirse en uno de los grandes impulsores del Brexit en el Reino Unidos. En España, Bannon se reunió varias veces con dirigentes de la ultraderecha de Vox. Llegó a reunirse con el primer ministro húngaro, Víctor Orban y el exministro del Interior italiano, Matteo Salvini. Fue invitado a participar del decimosexto congreso del partido liderado por Marine Le Pen en Francia. El año pasado, alquiló un monasterio medieval en las afueras de Roma para llevar a cabo un curioso campamento de «entrenamiento de la derecha alternativa y populista».