El supuesto asesino de Ariel Ríos, el playero de El Galpón, admitió pero por escrito, que él lo mató porque necesitaba el dinero para sacar de la cárcel a su padre, detenido en Santiago del Estero.

Javier Hernán Pino, en un descargo por escrito, admitió el asesinato de Ariel Ríos. Sostuvo que lo hizo porque necesitaba el dinero para sacar de la cárcel a su padre, detenido en Santiago del Estero, señaló Informate Salta:

“La confesión fue remitida por el acusado al fiscal penal de Metán, Sergio Castellanos, quien dirige la investigación penal por el asesinato de Ariel Ríos, ocurrido el 13 de julio pasado en la estación de servicio, ubicada en el acceso a la localidad de El Galpón. Pino contó que a comienzos del año 2014 junto a su padre, Jorge Raúl Pino, decidieron recorrer la zona norte del país en busca de oro, y para ello siguieron lo que se conoce como el camino real  y las ruinas de los jesuitas. Explicó que primero estuvieron en Córdoba y San Luis, para luego llegar a Salta.

En esta provincia, decidieron instalarse en la localidad de El Galpón, donde pusieron una sandwichería para poder mantenerse, circunstancias en que conocieron a varios de los vecinos de esa localidad, incluso trabaron amistad con distintas personas, entre ellas los empleados de la estación de servicio.

Luego relató que en abril de 2014, regresaron a Buenos Aires debido a que su padre padece cáncer y debía ser sometido a tratamientos de quimioterapia, aunque su progenitor no pudo tolerar las sesiones y posteriormente se trasladaron a Santiago del Estero.

Dijo que en dicha provincia, inició una relación sentimental con una joven, y que luego su padre fue detenido por un robo, y que la policía lo buscaba porque una de las armas que habría sido utilizada en el asalto, estaba registrada a su nombre. Pino contó que tomó contacto con un estudio jurídico, Diego Lindow y Asociados, específicamente con el abogado, Javier Leiva, a fin de que realizara las presentaciones necesarias para sacar de la cárcel a su padre, pero que para ello el letrado le exigió el depósito de una suma de 15 mil pesos.

En vista de ello, sostuvo que intentó vender su automóvil, pero como estaba prendado, no logró la venta, así que decidió dirigirse a El Galpón. Confesó que llegó en horas de la madrugada del día del hecho, sin que nadie lo viera, sino solamente la dueña del inmueble que alquilaban con su padre.

Pino afirmó que estaba desesperado por conseguir ese dinero, por lo que el 13 de julio, en horas de la madrugada, se dirigió hasta la estación de servicio y sorprendió a Ríos, quien estaba sentado en una reposera. Explicó que estaba armado y Ríos creyó que se trataba de una broma.

Cuando intentó ponerle un precinto, el playero intento resistirse y al forcejear el arma se disparó y mató a Ríos. Reconoció que tomó el dinero de la caja, una suma de 48 mil pesos y un cheque.

Agregó que al día siguiente, en su automóvil, se dirigió a la ciudad de Salta, al banco Santander, donde hizo el depósito del dinero que le pedía el abogado, tras lo cual se dio a la fuga. También reconoció como suyas las armas secuestrada por la policía y desincriminó de los hechos a los otros sujetos que fueron detenidos por el homicidio, como así también descartó que su novia, en Santiago del Estero, estuviera al tanto del crimen de Ríos”.