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Un año tirado a la basura

El ex jefe de Gabinete de Néstor y Cristina Kirchner, Alberto Fernández, le cuesta ver algo positivo en el primer año de Mauricio Macri y dice que la Casa Rosada perdió un año. Apuesta a la fuerza política que construye Sergio Massa.

Reniega de algunas medidas de los gobiernos K, pero cuestiona las causas judiciales contra CFK y Milagro Sala. Su visita a la dirigente social en la cárcel jujeña de Alto Comedero desató diferencias en el Frente Renovador: dijo que Massa aceptó su postura aunque no la compartía y minimizó las críticas del vicegobernador de Jujuy, Carlos Haquim,  que lo consideró fuera de ese espacio.

–¿Cuáles serían los aciertos y errores del primer año del gobierno de Macri?

–Veo muy pocos aciertos. El único y que fue opacado por algún ataque de Macri a Massa cuando salió lo de Ganancias y lo maltrató públicamente. Un avance fue la convivencia democrática, estamos pasando un tiempo donde todos podemos expresarnos. No se si es un mérito de Macri o de la sociedad. Todo lo demás es desacierto. Es un gobierno que perdió el primer año, se equivocó mucho en materia económica y profundizó los índices negativos. En relaciones exteriores ha retrocedido un montón con una extrañísima negociación con Inglaterra sobre Malvinas. Que le indicó a Macri que se olvide del Mercosur y vaya por el Pacífico en un tratado que está muerto, y que encima no reacciona con el caso Milagro Sala, que ha hecho que la Argentina hoy vuelva a estar en el listado de países que detienen arbitrariamente. En materia judicial la patética ley que quiso intervenir el Ministerio Público es una prueba de cómo está funcionando la Justicia. En derechos humanos perece que la mayor preocupación es que los genocidas puedan seguir cumpliendo sus condenas en sus casas. En trabajo el retroceso es impresionante, recibieron el país con siete puntos de desocupación y ya lo llevaron a diez, hicieron crecer un diez por ciento la pobreza.

–Los consultores hablan de un electorado divido en tres fracciones: oficialismo, kirchnerismo y massismo. Con alianzas aun indefinidas ¿cuál debería ser el papel del PJ para revertir esta situación?

–El peronismo tiene diferentes realidades: una en la provincia de Buenos Aires y otra en distintas provincias del país, donde la posibilidad de unir al peronismo es más fácil. En Buenos Aires no se sabe qué va  a hacer Cristina y ella divide aguas. Electoralmente el posicionamiento de Massa en Buenos Aires es muy interesante si uno no quiere repetir la experiencia de Cristina y no quiere soportar el presente de Macri. En el interior el peronismo debe darse un debate: quiénes somos y qué queremos representar, y hay cosas que deben explicar.

–¿Cuáles?

–Por qué el pacto con Irán, Moreno y la inflación negada. Por qué Milani fue el jefe del Ejército. Un debate que hay que dar. Después de eso debemos ver cómo unir fuerzas donde podamos.

–¿Qué opina de las causas judiciales abiertas a CFK?

–Hay cuestiones que judicializan medidas políticas como el dólar futuro. Si el dólar futuro es delito como insinúa la Cámara Federal, entonces la emisión de Lebac para parar la inflación es también delito. Yo no lo creo. Considero que son dos medidas políticas muy desacertadas pero no judiciables. El caso Nisman es muy especial y a mi me preocupa la violación el principio de cosa juzgada. Critiqué el fallo de Rafecas porque hubiera querido que esa causa se abriera y se investigara para disipar dudas. Pero Rafecas escribió un fallo muy solvente donde dice que a su juicio no hay delito. Ese fallo fue confirmado por la Cámara Federal y quedó firme. Pero ahora una segunda presentación de alguien que dice: “tengo más pruebas sobre algo que no es considerado delito” e inexplicablemente esa causa que era cosa juzgada se ha reabierto.

–Su visita a Milagro Sala en el penal donde está detenida provocó diferencias en el massismo. Graciela Camaño dice que “no hay un acuerdo político con usted” y el vicegobernador Haquim dijo que usted “está afuera” del Frente Renovador.

–Graciela dijo lo correcto: que yo viajé a título personal.

–Pero también dijo que no había un acuerdo político con usted.

–En este tema no, lo que ella dijo es correcto. Para mí es problema de conciencia. Viví en una sociedad que vio desaparecer miles de personas, encarcelar y exiliarse a otras miles de personas y que siempre miró hacia otro lado con el argumento de que algo habrá hecho. Yo no quise seguir esa lógica y quedarme de brazos cruzados frente a una detención que no corresponde. No hablo de la inocencia o la culpabilidad de Milagro Sala porque no lo sé, de lo que hablo es que no hay argumento para que mientras dure el proceso ella esté detenida, lo mismo que han dicho la ONU y la OEA.

–¿Y Haquim?

–Yo esto se lo planteé a Sergio en estos términos y aunque no compartió mi posición, la respetó. Celebro estar en un espacio político donde respetamos estas cosas. Por eso Graciela dijo lo correcto, fui a titulo personal y en este punto no necesariamente estamos de acuerdo. Muchos otros del FR sí y me lo han dicho. Lo del vicegobernador de Jujuy no es trascendente.

Fuente: Página 12