Uno de los aspectos de la vida social que se han visto más afectado por el aislamiento preventivo, han sido las clases, que adoptaron la modalidad virtualidad. Dentro de este grupo, los jardines maternales han sufrido especialmente el impacto negativo de la economía, que dejaron de recibir ingresos y no contempladas por estar fuera de la órbita del Ministerio de Educación.

                                                                                          Por A.M

 Tarea noble si las hay la de las maestras de jardines maternales, que trabajan con niños menores de 4 años, cubriendo necesidades de cuidados de madres y padres que dejen dejar sus niños para cumplir con sus obligaciones. En el marco de la pandemia por el COVID-19, las actividades de todos los jardines maternales se suspendieron, dejando a muchísimas maestras de jardines maternales de gestión privada sin cobro de salarios.

Lo que sucede es que esto tipo de establecimientos solo están regulados por la Municipalidad, dado que están por fuera de lo que se denomina “enseñanza oficial”, que reconoce la obligatoriedad de la asistencia a partir de los cuatro años. Por ese motivo, y pese a que algunos padres siguen abonando sus cuotas y recibiendo sugerencias y actividades para realizar con sus niños en casa, lo cierto es que el desamparo de las maestras de jardines maternales es preocupante.

Además hay que recordar, que frente a la burocracia que antepone el sistema con la obligación de capacitarse en diplomaturas y cursos pagados por los mismos docentes para adquiere un cargo de educación,  hay que recordar que todo docente antes de ingresar al sistema su carrera se ha iniciado en las salas maternales, aportando al formación del desarrollo profesional del docente.

La función de este tipo de jardines maternales, además de cumplir con cuidar a los niños mientras los padres trabajan, es mucho más profunda. Según una maestra que trabaja en este tipo de establecimientos, “la sala maternal es muy  importante, porque debe atender los requerimientos sociales del niños y estar pendiente al desarrollo integral de su personalidad, que comienza a forjarse desde los primeros años de vida. El  maternal cumple un papel muy importante al momento de complementar la acción del hogar, ya que favorece el proceso de socialización de los más pequeños y el de adquisición de diversos hábitos y actitudes para el ingreso de las otras salas”.

Pero lamentablemente, y con la implementación de la cuarentena, este tipo de docentes, al no estar reconocidas dentro de la órbita del Ministerio de Educación y de la enseñanza formal, no poseen demasiadas herramientas para poder iniciar un reclamo. Por este motivo, muchas manifiestan: “somos formadoras y debemos ser reconocidas   y valoradas en la función que desempeñamos”. El pedido apunta a que estén contempladas en los diseños curriculares, y puedan ser incluidas en la cartera de educación.

Todo lo contario a lo que nos enseña uno de los maestros como Freire es la indiferencia y ausencia de dialogo es lo que viene ocurriendo con este sector de la educación.