Así lo confirmó Carlos Amad, fiscal Federal en Salta, quien dijo que el Juez ya libró el exhorto de cooperación y esperan la comisión policial que los trasladará hasta Buenos Aires.
Tras el crimen de un turista ingles, Matthew Gibbard (50) en Puerto Madero días atrás, sus homicidas huyeron del lugar y se inició una búsqueda a contra reloj que terminó ayer con la detención de un joven venezolano de 21 años, identificado como Ángel Eduardo Lozano Azuaje en Salta, y de dos cómplices.
Los tres hombres, dos con pedido de captura por el crimen de británico y el tercero -hermano de «Cachete- por el asalto a un turista canadiense en la puerta del hotel Intercontinental viajaban a bordo de un colectivo de larga distancia con destino a La Quiaca. En un control de Gendarmería en Cabeza de Buey ayer a las 22:30 se logró identificarlos.
De inmediato se dio aviso al Fiscal Amad el cual inició los tramites para que los mismos sean trasladados a la Agrupación VII de Gendarmería en Chachapoyas, ubicada en Salta Capital, previo control médico y de legalidad.
«Anoche nos avisaron, se dispuso la detención, que lo revise el médico, que hagan constar la detención y ahora estamos esperando, el juez ya libró el exhorto de cooperación y vamos a esperar hasta que llegue la comisión policial que lo vaya a trasladar a Buenos Aires» confirmó el Fiscal Amad a InformateSalta esta mañana.
Ahora resta esperar el arribo de la comisión policial que procederá a su traslado hacia Buenos Aires y comparecer antes el Juez.
Con esta tres nuevas detenciones ya son siete los apresados acusados de integrar una banda a la que se le atribuye el asesinato del británico Matthew Gibbard (50) y que se dedicaba a asaltar a turistas, a quienes marcaban cuando llegaban al Aeropuerto Internacional de Ezeiza y seguían hasta el lugar de destino.
La clave
La clave para encontrar a los prófugos fue la declaración de la novia de «Cachete» ante la Policía de la Ciudad, mediante la cual los pesquisas supieron que planeaban huir a Bolivia. Por tal motivo, los investigadores comenzaron a buscar información en diferentes empresas de micros de larga distancia, hasta individualizar el que habían tomado los fugitivos.